"Rue Saint-Honoré por la tarde. Efecto de lluvia", el cuadro de Camille Pissarro sobre el que el Tribunal de Apelación del Noveno Circuito ha dictado una sentencia que ratifica la propiedad del Museo Thysssen, pertenece a una serie de quince obras que el artista pintó en París desde la ventana de su hotel situado en la place du Théâtre Français, durante el invierno de 1897 y 1898.
Pissarro, que había vivido casi siempre en el campo y era básicamente un pintor de paisajes al aire libre, a final de su vida tuvo que trasladarse a la ciudad por motivos de salud. Fue entonces cuando comenzó a pintar vistas urbanas asomado a las ventanas, captando la actividad cambiante de las calles de ciudades como Ruán o París. Estilísticamente, esta última década de su vida coincide con su vuelta a una pintura de factura impresionista, tras haber experimentado durante un corto periodo de tiempo la influencia de Seurat. La técnica puntillista, que abandonó por excesivamente rígida, le ayudó a aligerar su paleta y a componer sus últimos cuadros de forma menos rigurosa.
Nacido en la isla antillana de Santo Tomás en el seno de una adinerada familia de origen judío, pronto se trasladó a estudiar a París, donde, en contra de la voluntad paterna, tomó la firme decisión de dedicarse a la pintura. Tras regresar unos años a su ciudad natal para trabajar en los negocios de su familia y después de residir dos años en Venezuela pintando junto al pintor danés Fritz Melbye, volvió a París en 1855.
En la capital francesa entró en la Académie Suisse, visitó la Exposition Universelle donde le impresionaron las obras de Camille Corot y Eugène Delacroix y en 1859, año en que conoció a Claude Monet, Auguste Renoir y Alfred Sisley, participó por primera vez en el Salon. Durante la década de 1860 siguió presentando sus obras en los sucesivos Salones, pero los rígidos principios chocaron con sus ideas políticas anarquistas y, a partir de 1870, dejó de participar en exposiciones oficiales. Su pintura estuvo estilísticamente siempre dentro del impresionismo, salvo un corto periodo de experimentación con la técnica neoimpresionista, bajo la influencia de Georges Seurat, a mediados de la década de 1880.
Pissarro creía firmemente en la idea de la cooperativa de artistas y desempeñó un activo papel en la organización de las actividades del grupo impresionista parisiense, fomentando la participación de artistas como Paul Cézanne y Paul Gauguin y siendo el único cuyas obras estuvieron presentes en las ocho exposiciones impresionistas, celebradas entre 1874 y 1886.
En 1939 Lilly Cassirer Neubauer vendió el cuadro por debajo de su valor de mercado a Jakob Scheidwimmer, marchante y miembro del partido nazi, con el propósito de obtener un visado para huir de Alemania y evitar los campos de exterminio. El cuadro fue adquirido posteriormente por D. Julius Sulzbacher, a quien le fue confiscado después por la Gestapo. En 1950 Cassirer inició un litigio en Alemania para recuperar el cuadro, cuyo paradero desconocía. Un año después, es adquirido en la galería de Frank Perls, en Beverly Hills (Estados Unidos) por el coleccionista norteamericano Sydney Brody. Este lo puso a la venta, por encargo de Sydney Brody, en la Galería Knoedler de Nueva York (Estados Unidos).
Llegó a manos del Barón Thyssen-Bornemisza en 1976, que compró el cuadro en la galería Stephen Hahn de Nueva York. En los años siguientes, estuvo expuesto como parte de la Colección Thyssen-Bornemisza en Lugano (Suiza) y hasta 1990 fue incluido en exposiciones temporales en varios países. En 2002, 44 años después del acuerdo transaccional entre Lilly Cassirer Neubauer y el gobierno alemán y 26 años después de su adquisición por el Barón, la familia Cassirer reclamó por primera vez la devolución del cuadro. En 2010, murió Claude Cassirer a los 89 años, peros sus hijos continuaron con el litigio.