La Superintendencia Nacional de Educación Superior Universitaria (Sunedu) fue una ambiciosa propuesta que llegó junto con la promulgación de la Ley Universitaria. Sin embargo, luego de múltiples reformas, debates ideológicos en cuanto a sus funciones y múltiples crisis políticas que golpearon a distritos sectores, expertos afirman que también este ente de regulación universitaria se vio afectado.
Según han destacado diversos especialistas en educación superior. Raúl Porras Lavalle, decano de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional Federico Villarreal (UNFV), señala que, aunque la creación de Sunedu tenía la intención de mejorar la calidad de la educación superior, la politización de la institución ha socavado sus objetivos iniciales.
"Lo que pasa es que en el país ya tenemos demasiadas instituciones que han interferido con la libertad de cátedra y con la autonomía universitaria", comentó Porras Lavalle. "La Sunedu, en sus inicios, tenía una misión clara, pero la falta de capacidad y la politización han afectado significativamente el sistema universitario".
El exministro de Educación, Ricardo Cuenca, también expresó su preocupación sobre la pérdida de autonomía de Sunedu. "Sunedu se crea al amparo de la reforma universitaria para instalar un sistema de aseguramiento de calidad. Sin embargo, los recientes cambios han debilitado ese espíritu", afirmó Cuenca. "La transformación de Sunedu en una nueva Asamblea Nacional de Rectores (ANR) ha regresado a un modelo que ya demostró no funcionar en el Perú".
Idel Vexler, exministro de Educación, reconoció los logros de Sunedu en sus primeros años, pero también subrayó la necesidad de una reforma educativa integral. "El licenciamiento fue oportuno y la supervisión debe ser permanente. Sin embargo, Sunedu debe trabajar en el desarrollo del talento docente e investigador, así como en mejorar la infraestructura y los recursos", sostuvo Vexler.
Según Porras Lavalle, el problema principal ha sido la politización de Sunedu. "La Sunedu la han empoderado los mismos conformantes del sistema universitario, creyéndose la máxima autoridad cuando debería ser la Asamblea Universitaria", indicó. "La falta de criterio uniforme y la intervención ideológica han afectado negativamente la percepción de la institución".
El especialista también destacó la falta de recursos y capacidad de las universidades nacionales para cumplir con los requisitos de licenciamiento, lo que ha generado una desigualdad en el tratamiento de las universidades públicas y privadas. "Primero se debió dar las condiciones básicas para que las universidades nacionales puedan cumplir", enfatizó.
Cuenca sugirió que para recuperar el espíritu inicial de Sunedu, es necesario que el próximo gobierno y Congreso retomen el camino de las reformas. "Durante este gobierno y este periodo congresal no es posible retornar al espíritu inicial de Sunedu, pero esperemos que a partir del año 2026 se pueda volver al camino de las reformas y de la mejora de la calidad universitaria en el país", indicó.
Además, Cuenca propuso que Sunedu debía encargarse de toda la educación superior, incluyendo el licenciamiento de institutos, para fortalecer el sistema. "Esto era necesario para consolidar la reforma de la educación superior, aunque siempre habrá espacio para mejoras", comentó.
Vexler, por su parte, afirmó que el trabajo de Sunedu ha sido aceptable en sus diez años de existencia, con logros significativos en el licenciamiento de universidades, pero también con varias debilidades. "La reforma educativa integral aún está pendiente. Necesitamos una mejor gobernanza, financiamiento e infraestructura para alcanzar los estándares de calidad deseados", concluyó.
En resumen, la pérdida de autonomía de Sunedu y la politización de su gestión han generado controversia entre los especialistas. Aunque se reconocen los logros en el licenciamiento de universidades, se enfatiza la necesidad de una reforma educativa integral y de fortalecer el sistema de educación superior en el Perú.