Velaron armas los favoritos, pues aparece la montaña gala en el horizonte y el duelo entre Pogacar, Evenepoel y Vingegaard se antoja legendario. La décima etapa del Tour, más de 180 kilómetros entre Orleans y Saint-Amand-Montrond, se redujo a un bello paseo por el rural francés acelerado en un final trepidante. El esprint por la victoria lo formaron decenas de ciclistas, pero fue el belga Jasper Philipsen , un profesional en situaciones límite, quien selló su primera victoria en la ronda por delante de Girmay y Ackermann . Se apaga la calma, comienza la batalla de la roca y el viento. No se desintegraba el pelotón, extensa nube multicolor por las bellas explanadas del corazón de Francia, tonalidad trigo similar a la que monopoliza las calurosas y largas etapas de interior de la Vuelta a España. En esa estampida mandaba el Emirates, con Pogacar a la cabeza y bien resguardado el esloveno por su prodigioso equipo. Visma y Vingegaard , sus archienemigos, no les perdían de vista. Estaba por ver si la etapa sería un armisticio o un tiroteo a toda velocidad. Parecía que los favoritos habían gastado su beligerancia en el día libre anterior, guerra dialéctica que no tuvo continuidad ya sobre ruedas. Nadie se atrevía a romper la fantástica coreografía de piernas y manillares, salvo aquellos a los que el apuro les obligaba a bajarse ligeramente las mallas para hacer sus necesidades. Al belga Arnaud de Lie le cazaron las cámaras. El cuentakilómetros bajaba con escaso ritmo aunque la civilización, al fin, comenzaba a aparecer tras la travesía rural. Las casas no son tan bellas como la naturaleza, pero en una etapa sin acción significa que la línea de meta está próxima y la tensión comenzó a mascarse como un chicle. El esprint hacia la línea de meta prometía, eran decenas los ciclistas que pisaron el acelerador hacia la victoria. Van der Poel, brillante campeón del mundo, intentó zanjar la disputa antes de tiempo, aunque sus esfuerzos fueron en vano. Gaviria y Girmay estaban muy bien colocados pero el especialista por antonomasia en finales apretados, Jasper Philipsen , voló más que nadie y al fin estrenó su casillero de victorias en el Tour 2024.