El historial de ‘choques’ entre el presidente Andrés Manuel López Obrador y Norma Piña, magistrada presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), añadió un nuevo capítulo este martes por la crítica que la jueza hizo a la reforma al Poder Judicial.
En la clausura del Encuentro Nacional para una Agenda de Seguridad y Justicia, Norma Piña admitió que es necesario un cambio en el Poder Judicial de México. Sin embargo, criticó la propuesta de que los jueces, magistrados y ministros sean elegidos por voto popular pues, advirtió, “ya no llegará la persona más capacitada al puesto (...) sino la más popular”.
La magistrada presidenta advirtió que si se mantiene esa propuesta en la iniciativa, serán elegidos los jueces que supieron “relacionarse bien con los ‘grupos de poder’ que, irónicamente, es uno de los argumentos de esta reforma, es decir, se provocará lo que intenta erradicar”.
“Qué bueno que se reconoce que hace falta la reforma, eso es un paso adelante”, dijo el mandatario en su ‘mañanera’ de este martes 9 de julio.
Sobre la crítica de Piña a la elección por voto popular de los jueces, el presidente de la República remarcó que se debe tener confianza en que “el pueblo sabe mejor lo que le conviene”.
“Que no se piense que el pueblo no sabe porque no es así; el pueblo es sabio aunque no le guste a los conservadores; el pueblo tienen un instinto certero sabe muy bien lo que conviene y lo que no conviene. El que desprecia al pueblo el que considera que el pueblo es tonto, pues no debería siquiera estar impartiendo justicia”, agregó.
“Empezamos a limpiar de corrupción el Gobierno, lo que nos corresponde (…), pero la gran corrupción del Poder Judicial permanece porque es un poder independiente y no somos autoritarios”, dijo López Obrador el pasado 18 de abril, cuando fue cuestionado por la solicitud de juicio político contra Piña promovida por Arturo Zaldívar, exministro de la Suprema Corte.
Un año antes, en abril de 2023, López Obrador criticó a Norma Piña porque supuestamente la ministra presidenta intentó ‘negociar’ con Rosa Icela Rodríguez, secretaria de Seguridad, el plazo para que la Guardia Nacional pase de la Sedena a la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana.
El mandatario agregó que Adán Augusto López, por entonces secretario de Gobernación, y Rodríguez desayunaron con la ministra Piña, quien les encomendó enviarle el mensaje al presidente.
López Obrador les mandó a decir con firmeza que no aceptaría “enjuagues” y se mantuvo firme en la decisión de enviar una nueva iniciativa para que la Guardia Nacional dependa de la Secretaría de la Defensa Nacional.