Ayer por la noche, a pocos minutos de salir del Hotel Sheraton para la Casa Histórica de Tucumán, un importante gobernador salió del salón de reuniones en el que estaba con el resto de los mandatarios que firmarían el Acta de Mayo. Con las manos en el bolsillo, suspiró y con un tono de evidente queja dijo: "Qué frío que hace, hermano".
Entre algunos mandatarios, la mayor motivación de asistir al Pacto era, justamente, cerrar una primera etapa con el Gobierno, signada por las tratativas por la Ley Bases y el paquete fiscal. Tal y como lo puntualizó El Cronista, también fue característica la reducción de diferentes tipos de fondos; los cuales prevén ser reclamados con mayor énfasis por parte de ciertos gobernadores.
No todos. En privado, un gobernador que está cada vez más en sintonía con el mileismo decía -ante este medio- que las provincias "aprendieron" en estos meses y que programas como el FONID o algunos fondos para obras públicas podían prescindirse. No opinaban así una gran mayoría de quienes asistieron, que eligieron no esbozar ninguna crítica en público porque el clima de concertación del Pacto no lo ameritaba.
Aun así, Milei obtuvo la firma de 18 provincias sobre diez puntos que versan sobre asuntos fiscales, comerciales, laborales previsionales, tributarios y educacionales. Los gobernadores coinciden genuinamente en varios o en todos los puntos, aunque no en las profundizaciones que el Presidente hizo durante la hora que duró su discurso. Cuando finalizó y gritó "Viva la libertad, carajo", una parte de los mandatarios de extracción peronista ni siquiera intentaron aplaudir.
El horario y el frío tampoco ayudaron. La sensación térmica se mantuvo cerca de los 4°C durante una buena parte del discurso. Muchos de ellos debían viajar a sus provincias al día siguiente. Por ejemplo, Jorge Macri tiene que retornar a la Ciudad para encabezar un Tedéum a las 9 de la mañana, donde participará Javier Milei. En el equipo de Maximiliano Pullaro preveían viajar en auto ocho horas para llegar hasta Rafaela para presidir ese acto.
La enemistad entre la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, y el expresidente, Mauricio Macri, se hizo manifiesta en la última Asamblea Nacional del PRO celebrada la semana pasada. El sector bullrichista fue recluido de las últimas elecciones de autoridades y sus dirigentes abandonaron esa sesión generando escándalo con algunas declaraciones posteriores.
Según pudo saber El Cronista, la repercusión habría generado que el asesor mileista Santiago Caputo le sugiriera a Bullrich que cesara con los incidentes partidarios y no generara ruidos que no ayudan a la gestión. En paralelo, Milei acentuó sus diálogos con el exmandatario y logró persuadirlo para que abandonara Wimbledon y asistiera al Pacto de Mayo.
Al llegar al Sheraton de Tucumán ayer a las 22 horas, Macri ingresó con su comitiva evadiendo la guardia de la prensa y sentó un búnker aparte, al cual los gobernadores no tenían acceso. Antes en el Aeropuerto, un periodista le consultó sobre su relación con Bullrich y respondió: "Feliz día de la Patria". Optó por una baja exposición y elogió a Milei por el Pacto en sus redes.
Desde su círculo definieron la posición que buscaría Macri para el mediano plazo: "Neutralidad afectiva y un compromiso con el rumbo del cambio". ¿La consigna podría trasladarse a su vínculo con Bullrich? Parece ser una incógnita, pero ambos eligieron mostrarse cordiales ayer cuando se encontraron -por primera vez en meses- en la ceremonia del Pacto.
El video captado por El Cronista muestra cómo se saludaron cordialmente, aunque la ministra fue quien dio un gesto de más y le hizo una palmada en el cuello.
Luego de que los presentes se sentaran en sus respectivos asientos, Milei dejó esperando en silencio a todos por 16 minutos cuando decidió aparecer tres minutos antes de que se haga la medianoche. Al salir de la puerta de la Casa Histórica, el expresidente fue uno de los primeros en ser abrazado. Luego fue el turno de su Gabinete: quien, por diferencia, fue saludada con mayor efusividad por el libertario fue Bullrich.