Análisis. Se corren riesgos innecesarios al modificarse la senda de consolidación fiscal, de acuerdo con el CF. Facultades del Congreso permiten al Ejecutivo gastar más de lo que se tiene y recién llegar a 1% del PBI en 2028.
Hace una semana, el Congreso de la República otorgó una serie de facultades legislativas al Poder Ejecutivo a fin de dinamizar la economía, luchar contra la inseguridad ciudadana y mejorar la calidad regulatoria, principalmente. Dicho pliego permite ampliar el déficit fiscal.
Así, para este año se espera que el déficit ya no sea de 2% del PBI, sino, que llegue a 2,8%; mientras que para 2025, será de 2,2% y para 2026, de 1,8%. Ya en 2027 apuntan a un déficit de 1,4% y recién en 2028, convergería a 1% del PBI. En buen cristiano, el Gobierno de Dina Boluarte tendrá más espacio para gastar dinero que no se tiene.
Es menester precisar que en 2023 el déficit esperado era de 2,4%, mas se rompió la regla y llegó a 2,8%. La caída de la recaudación fue de 12% en ese periodo y la incorporación de créditos suplementarios al presupuesto dificultó más el cumplimiento de la regla.
Aparte de un segundo año sin respetar la regla deficitaria, tampoco se cumplirá, de acuerdo al texto sustitutorio aprobado por el Congreso, con la meta de llegar al 30% del deuda pública —por lo que el país se tiene que prestar porque no le alcanza el dinero— del PBI hacia 2030. Ahora, deberá llegar a esa meta recién en 2035.
Desde el Consejo Fiscal advierten que modificar toda la senda de consolidación fiscal por varios años implicaría asumir riesgos importantes e innecesarios, y por lo tanto, consideran prudente cambiarlo solo para este 2024.
Y es que, según el organismo independiente presidido por Alonso Segura, ya se están revirtiendo los factores cíclicos que redujeron los ingresos en 2023, y ahora, con la recuperación de la economía en marcha y los precios actuales de los minerales que producimos, el déficit fiscal para este año retornaría a niveles similares a los de la regla fiscal sin sacrificar los niveles de gasto ya previstos.
Así, aseguran que al mover de 2026 al 2028 la meta de consolidación del déficit a 1,0% del PBI trasladaría el esfuerzo al siguiente Gobierno y generaría un problema de inconsistencia temporal.
“La ampliación de la meta vigente de déficit fiscal para este año tendría que reflejar un compromiso con una mayor disciplina que limite los incrementos en el gasto público e inicie la consolidación fiscal desde el año en curso”, anotó el CF.
El exministro de Economía y Finanzas Luis Miguel Castilla recordó que el déficit fiscal, en este momento, es de 3,9% del PBI —en cifras del BCRP— y por ello, considera complicado que se converja a 2,8% para este año, mas considera positivo el sinceramiento.
Castilla coincide en que se está cargando al próximo Gobierno el proceso de consolidación fiscal, ya que el retorno al 1% del PBI para el déficit no se hará en la gestión de Boluarte, la cual tendrá que endeudarse para cubrir la brecha fiscal y no desatender a la población.
“El gasto está creciendo mucho más fuerte de lo anticipado, tanto por e iniciativas del Ejecutivo como del Congreso. Se están minando las fuentes de recaudación con una serie de exoneraciones y tratos preferenciales tributarios, erosionando aún más las finanzas públicas. Pueda que 2,8% se quede corto”, manifestó Castilla a La República.
En tanto, Kurt Burneo, docente de Centrum PUCP, sí cree que este año se alcanzará el déficit de 2,8% del PBI, aunque considera clave que el ministro José Arista y el Consejo Fiscal se reúnan para discernir sobre los planes de convergencia.
Burneo Farfán recalca que es la inversión privada la que dinamiza la economía y no la pública —abarca el 80% del total— aunque encuentra muchos vientos en contra con las iniciativas de gasto del Congreso que le restan margen de maniobra al Poder Ejecutivo.
“El problema es que tenemos un Congreso empoderado que trae muchas sorpresas, y los inversores no están muy de acuerdo. Se establecen leyes que a veces pueden afectar proyectos en curso, y uno de los elementos fundamentales para invertir es la confianza”, dijo Burneo para esta casa periodística.
El Consejo Fiscal insistió en que las modificaciones a las reglas fiscales o sus parámetros deben darse mediante un proyecto de ley como manda el marco fiscal vigente, con lo cual se podrán discutir públicamente las propuestas una vez planteadas.
Además, exhortaron a que las iniciativas de esta índole cuenten con una opinión previa no vinculante del Consejo Fiscal.
