La NBA es especialista en dar segundas oportunidades a sus protagonistas más díscolos y polémicos. Incluso perdonó al astro de los Memphis Grizzlies Ja Morant por su adicción a la violencia y a las armas de fuego. Pero, en el actual mercado de fichajes, una noticia ha sido de difícil digestión para una buena parte de los aficionados. El alero Miles Bridges ha firmado una renovación de tres años por 75 millones de dólares, unos 69 millones de euros, con los Charlotte Hornets , franquicia que lo seleccionó en el Draft en 2018. A nivel deportivo, el gasto está más que justificado, pues el jugador de 26 años viene de firmar una temporada fantástica, en la que ha promediado más de 20 puntos por partido. Pero no ha caído en el olvido que, en la 2022-23, fue obligado a dejar de jugar al baloncesto después de propinarle una paliza a su mujer. En el verano de 2022, Bridges apuntaba a ampliar su estancia en la franquicia de Carolina del Norte con un contrato que, con total seguridad, iba a superar los 100 millones de dólares. Sin embargo, el 1 de julio, el día en que los equipos pueden empezar a renovar a sus jugadores, la pareja de Bridges y madre de sus dos hijos, Mychelle Johnson , publicó varias fotos en sus redes sociales donde se veían varias partes de su cuerpo que, evidentemente, había sufrido violencia. Además, adjuntó el siguiente parte médico con la publicación: «Adulta víctima de abuso físico por parte de su pareja masculina; agresión por estrangulamiento, conmoción cerebral; fractura cerrada del hueso nasal; contusión de costilla; múltiples hematomas; distensión del músculo del cuello». Bridges ya había sido detenido en Los Angeles, concretamente el 29 de junio, cuando Johnson hizo pública su situación y el jugador tuvo que pagar una fianza de 130.000 dólares para salir de prisión. «Odio haber llegado a esto pero no puedo seguir callada. He permitido que alguien destruya mi hogar, que abuse de mí de todas las maneras posibles y que traumatice a nuestros hijos de por vida», aseguró la víctima. Como era de esperar, los Hornets nunca llegaron a renovarle y la NBA le aplicó una sanción de 30 partidos. El jugador, entonces, desapareció. No fue hasta el verano de 2023 cuando Bridges volvió a aparecer con la indumentaria del equipo. Se había librado de los tres cargos de los que se le acusaba (violación de orden de protección por violencia doméstica, delito menor de abuso infantil y lesiones a la propiedad personal) y fue castigado con tres años de libertad condicional. Los Hornets decidieron indultarle y firmó un contrato de un año por 7,9 millones. La NBA , al haber estado un año sin jugar, redujo su sanción de 30 a 10 partidos. «Quiero disculparme por el dolor y la vergüenza que les causé a todos, especialmente a mi familia». En noviembre volvió a vestirse de corto y, aunque sus actuaciones eran brillantes, varios medios publicaron poco después que Bridges habría lanzado al coche de su ya exmujer dos bolas de billar mientras ella llevaba a sus dos hijos a la residencia del mismo. Los hechos no llegaron a demostrarse e incluso Johnson salió en su defensa defensa. «Él debería de estar en la NBA. Las segundas oportunidades son para todo el mundo, no solo para ciertas personas. No debería haber odio ni hacia él ni hacia los Hornets», escribió. Parece que el tiempo lo cura todo y Bridges, desde esta semana, ya es un multimillonario. Curiosamente, Kevin Porter Júnior , de 24 años, ha tenido un caso muy similar al de Bridges. El escolta, cuando era jugador de los Houston Rockets, fue arrestado en septiembre de 2023 en Nueva York por cargos de violencia contra su pareja por aquel entonces. El informe policial aseguraba que la víctima tenía una vértebra del cuello fracturada y un corte sobre el ojo derecho. Porter pagó una fianza de 75.000 dólares para salir de prisión. Inmediatamente, los tejanos lo traspasaron a Oklahoma y estos rescindieron su contrato. Sin ofertas en la NBA, el talentoso atleta pasó el final de esta campaña en el PAOK griego. En Salónica, aunque solo disputó seis encuentros, promedió 22 puntos, 9,3 rebotes, 6,8 asistencias y 2,8 robos en la liga helena. Además, durante su estancia en la NBA demostró su calidad y se convirtió en el jugador más joven en alcanzar los 50 puntos en un partido, cuando solo tenía 21. Su estancia en el Mediterráneo parece que le limpió el alma, pues Los Angeles Clippers han apostado fuerte por él y acaban de firmarle para los próximos dos años.