En medio de un paisaje desértico, en la meseta volcánica de Somuncurá, en Chubut, Argentina, se ubica un cráter de 4,8 kilómetros de diámetro. Bajo Hondo, el área circular hundida, está en el borde sureste del volcán Talagapa, por lo que ha sido considerada una “caldera volcánica basáltica” hasta antes del 2.000. Aquel año, el geólogo aficionado Maximiliano Rocca observó la depresión con satélites de la NASA y presentó la hipótesis de un origen fuera de la Tierra.
“En Bajo Hondo no existen claras evidencias de que haya habido alguna vez erupción de lavas basálticas. Esto es fundamental para descartar su origen por vulcanismo”, dijo Rocca al portal periodístico Infobae. El investigador, dedicado a la geología en la organización The Planetary Society de California, ha indicado que el cráter puede ser producto de un meteorito de, al menos, 250 metros de diámetro.
Al respecto, el geólogo Francisco Ríos, que ha estudiado la meseta de Somuncurá, confirmó, en entrevista con el mencionado medio, que el cráter presenta características distintas a otros de la zona. Señaló que “la estructura de Bajo Hondo es la única que no presenta la típica alteración mineral que se pueden observar en los demás cráteres”. Además, lo comparó con los de la Luna y Marte.
La misteriosa procedencia de Bajo Hondo ha llamado la atención del Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA) de España. Recientemente, un equipo de investigadores visitó el cráter para recopilar datos e iniciar una campaña para descifrar el enigma.
Rocca asegura que Bajo Hondo reúne características de un cráter de impacto del tipo simple. De acuerdo a la United States Geological Survey (USGS), los cráteres con esta clasificación se forman cuando un objeto del espacio, como un meteorito, impacta directamente contra la superficie sin fragmentarse antes del impacto.
El otro tipo de cráter que existe son los de origen volcánico. Según la entidad especializada en monitoreo geológico, estos tienen bordes menos definidos a comparación de los cráteres de impacto, lo cual es contrario al aspecto de Bajo Hondo. Durante años, el fenómeno en el suelo de Chubut ha sido cubierto por sedimentos lacustres, precisamente porque sus bordes están levantados.
A ello, se suma que la estructura del cráter es más reciente que las rocas en la meseta, según las investigaciones. La mayoría de rocas, conos volcánicos, domos de lava y formaciones geológicas del lugar son producto de actividad volcánica pasada que no coincide con el tiempo de Bajo Hondo.
“El tipo de roca que forma la meseta de Somuncurá es muy similar a las rocas que podemos encontrar en Marte, la Luna o Venus y sería un caso único a nivel mundial para estudiar la formación de cráteres de impacto fuera de la Tierra”, ha señalado Ríos.
Asimismo, la INTA afirmó que su interés por el cráter en Chubut se debe a su especial parecido con los de la Luna y el planeta rojo. En ese marco, el estudio de estas formaciones ya conocidas en astros podría aportar al conocimiento de las formaciones geológicas en la Tierra.
La superficie de Marte está cubierta por basaltos, rocas volcánicas compuestas por minerales. El área donde se encuentra Bajo Hondo también tiene esta composición.
Los investigadores españoles han dado a conocer que están elaborando modelos a partir de datos recogidos para descubrir el origen. Para ello también están colaborando con grupos de científicos argentinos que analizan muestras del área del cráter.
Hasta el momento, lo más probable es que la formación circular en el suelo ha sido provocada por un cuerpo rocoso de 250 metros de diámetro. Aún se están realizando microscópicos análisis de las rocas para esclarecer más pistas acerca del origen.
