La sandía se ha convertido en una de las frutas favoritas con la llegada del verano. Son muchos los que aprovechan los meses más calurosos del año para disfrutar de este jugoso y refrescante alimento, que además de ser la fruta con mayor cantidad de agua (algo más del 90% aproximadamente), también proporciona grandes aportes vitamínicos (vitamina B, sales, fibra, minerales, entre otros). Sin embargo, elegir la sandía ideal no es una tarea fácil y, en multitud de ocasiones, podemos confundirnos a la hora de seleccionarla. Y es que, aunque muchas veces nos guiamos por su aspecto, no siempre acertamos, pues a veces está demasiado madura, demasiado verde o porque resulta insípida . Pero ¿cómo podemos llevarnos a casa la sandía más jugosa del supermercado? Lo cierto es que existen algunos trucos o consejos a seguir para comprar la más firme y para ello tan solo necesitarás tener buena vista y usar tus manos. Tener en cuenta el peso de una sandía puede ser favorable a la hora de elegir una buena sandía en el supermercado. Las mejores frutas son aquellas que pesan más de lo que parecen, pues, en caso de que pese poco, es bastante probable que esta carezca de agua en su interior, lo que hará que esta tenga un sabor mucho más insípido y que esta sea mucho menos jugosa. Los expertos agrícolas también aseguran que, entre los trucos para elegir una buena sandía, debemos descartar aquellas piezas que puedan tener grietas y protuberancias . En caso de que esto suceda, puede que el interior haya sido afectado. Uno de los trucos más recurrentes para saber si una sandía está en el punto justo para ser consumida es darle unos golpes suaves con los nudillos en la corteza . Si suena hueca, esto significa que tiene mucha agua y que la pieza se encuentra en el punto ideal para comerla. Sin embargo, si suena suave, como resonando, no estará madura y es mejor dejarla en el supermercado. Además, lo más adecuado es que, al tacto, la cáscara de las sandías sea firme y dura , pues de lo contrario significa que estarán pasadas. El color de la base es otro de los elementos a tener en cuenta a la hora de elegir una sandía jugosa. En este caso, debemos fijarnos en la zona de esta fruta que pasa de verde a amarillo, pues sobre esa parte es donde se ha apoyado y sobre donde ha ido madurando. Para elegir la ideal, debemos fijarnos en aquellas sandías que tienen una base de un tono amarillo más bien oscuro , lo que se entiende como un símbolo de madurez. Por el contrario, si este tonto es amarillo tirando a verde o directamente verde, lo más probable es que no haya alcanzado el punto de maduración adecuado. El tacto y la vista no son los únicos sentidos que pueden ayudarnos a elegir una buena pieza. Y es que el característico olor de las sandías también da pistas sobre el punto de madurez de esta. Las buenas sandías suelen desprender un olor dulce , especialmente en la zona del péndulo. En caso de que este no huela a nada, lo más probable es que esté verde y, si su olor es similar al del vinagre, lo más probable es que la fruta ya se haya pasado y no se pueda comer.
