Brasil aterrizó en la Copa América con energías renovadas de la mano de
Dorival Junior y con
Vinicius y
Rodrygo, los líderes de la nueva generación, llamados a recoger el testigo de Neymar, ausente por su grave lesión de rodilla. Dos semanas después, las ilusiones y esperanzas se han transformado de nuevo en decepción y frustración. La 'canarinha', víctima de sus propias urgencias, sigue sin encontrar el rumbo que le devuelva a lo más más y afronta su enésima crisis desde la consecución de último gran campeonato, la
Copa América de 2019.
Seguir leyendo...