El cruce con los neandertales ocasionó cambios en diversos órganos del Homo sapiens, principalmente en el cerebro. Se produjeron cambios genéticos y ambientales.
Ahora voy a referirme de un tema científico de importancia en la salud neuro-psíquica de las personas. Antes debo señalar que los procesos patológicos crónicos obedecen a dos factores causales generales: herencia y ambiente. El trabajo de los investigadores permite descubrir puntos clave de la realidad pequeña, molecular, en humanos, así como de la realidad grande, el ambiente, que participan en la enfermedad. Estos factores son mostrados en un aporte sobre autismo y TEA.
Investigadores de las universidades Clemson y Loyola de los EEUU, presentan resultados de un estudio publicado en la revista Molecular Psychiatry. Ellos pretenden demostrar con fuerza que existe vínculo entre el autismo y el ADN heredado de los neandertales. Hay polimorfismo genético en los humanos actuales que dificulta la identificación de las características específicas, pero con el trabajo laborioso de los investigadores, se ha dado el paso que señala alta probabilidad de la relación.
Los trastornos del espectro autista (TEA), son alteraciones en el desarrollo, precisadas por neurocientíficos como procesos de neurodiversidad; en ellos se incluye los cuadros clínicos siguientes: autismo, Síndrome de Asperger, trastorno desintegrativo infantil y trastorno generalizado del desarrollo. El TEA se caracteriza por la dificultad para comunicarse e interactuar con otras personas, tener intereses limitados y comportamientos repetitivos, síntomas que dificultan el aprendizaje en escuela, trabajo y otras áreas de la vida.
Los estudiosos del autismo, incluyendo psicólogos y educadores, precisan las siguientes características presentes: a. Dificultades en la comunicación social, b. Hipersensibilidad sensorial a estímulos de luces brillantes, sonidos fuertes, olores intensos, textura áspera de la ropa, que pueden ocasionar respuesta psicomotora exagerada; c. Comportamientos repetitivos, como agitar las manos, d. Dificultad para comprender conceptos abstractos y e. constatar que los cambios de rutina son desafiantes en autistas
Debo enfatizar que este estudio, al tratar de demostrar el vínculo entre autismo y el ADN heredado de los neandertales, conduce a indagar las estructuras cerebrales. En la investigación los científicos identificaron hasta un 25 % de polimorfismo específico. Tal hecho tendría impacto directo en la expresión genética del cerebro, lo cual es característico de las personas neurodivergentes y también en algunos pacientes epilépticos.
En el estudio los investigadores analizaron el ADN de 3 442 personas, neurodivergentes y neurotípìcas (“normales”). Descubrieron que el ADN heredado del cruce de neandertales con Homo sapiens, compromete ciertas estructuras del cerebro que explican las manifestaciones detectadas en los neurodivergentes. El polimorfismo genético puede llegar hasta el 25 %, como lo señalamos antes, lo que enfatiza su presencia.
Ahora bien, al conocer mejor al cerebro, su estructura y funciones, puedo señalar algunos aspectos. El cruce con los neandertales ocasionó cambios en diversos órganos del Homo sapiens, principalmente en el cerebro. Se produjeron cambios genéticos y ambientales. La estructura más comprometida del cerebro es amígdala cerebral que forma parte del sistema límbico, centro de las emociones. La carga intensa de ADN heredada de los neandertales explicaría las características de los neurodivergentes, como sucede en el autismo.
La neurociencia va aclarando mejor la comprensión de procesos poco conocidos. Se sabe que en USA uno de cada 30 personas presenta Trastorno del Espectro Autista. El diagnóstico afinado permite identificar a los neurodivergentes. Estamos conociendo el patrón genético de nuestros antepasados y las condiciones ambientales en que vivieron. Descubrimos por qué somos como somos. Nos parecemos, pero también somos diferentes.