Tradición y vanguardia, humanidades y tecnología, conviven el día a día de una institución que se adapta a los constantes cambios propios del siglo XXI. Rosa Visiedo recorre en la siguiente entrevista diversos aspectos que contribuyen a la cohesión de un concepto de formación global. –¿Cómo resumiría, en este momento del siglo XXI, la aportación de Universidad CEU San Pablo a la universidad española? –Somos una universidad que tiene un proyecto educativo concreto, de inspiración católica, que parte de los principios y valores del humanismo cristiano, con un especial énfasis en las Humanidades. En torno a tres cuestiones de especial relevancia: la empleabilidad, la internacionalización y la investigación, esenciales en una etapa especialmente desafiante. –En el caso de la empleabilidad y el emprendimiento, ¿qué nos puede comentar sobre las diversas iniciativas de la institución? –Ayudamos a nuestros estudiantes a construir su proyecto de trabajo, de vida, les proporcionamos referentes, pautas, para afrontar la realidad laboral. Por ejemplo, con las aulas CEU Empresa creamos un pequeño ecosistema de universidad-empresa, de contacto directo entre ambas partes, en el caso de 'Diseña tu futuro', contamos con un programa gratuito de aceleración de la empleabilidad supervisado por nuestro Consejo Asesor de Empleabilidad, etc. En cuanto al emprendimiento, considero que es el resultado de una actitud, la de emprender, que también enseñamos y trasmitimos al alumnado. También se puede ser emprendedor si se trabaja por cuenta ajena: nuevas ideas, nuevas maneras de hacer las cosas… Contamos, por ejemplo, con un Club de Emprendedores donde ayudamos a pensar, a diseñar el plan de viabilidad, asesoramos jurídicamente, etc. –¿Cuál es la importancia de los alumni en la Universidad CEU San Pablo? –Mucha, ya que siguen formando parte de nuestra comunidad CEU, y colaboran como mentores, por ejemplo, en los Últimos cursos de programas como GPS, que puede cursar cualquier estudiante de la universidad. Se complementa a la perfección con otras iniciativas como el Modelo de Acompañamiento 360º, el 'Programa Mentis'; las actividades extraacadémicas con una intención formativa en su conjunto (cultura, deporte, ocio, voluntariado, etc.), el 'Buddy Program', etc. –Otro factor relevante es la internacionalización, ¿qué destaca en este sentido? –Me gusta pensar, y decir, que nuestros campus son internacionales, porque en ellos conviven estudiantes de numerosos países y de distintas culturas (de nuestros 10.000 estudiantes de grado, unos 2.000 son de procedencia internacional, y en el caso de Erasmus, recibimos casi un millar de estudiantes todos los años y cerca de 800 estudiantes nuestros estudian fuera). Atraemos estudiantes internacionales porque hemos adaptado nuestra oferta formativa a las titulaciones que tienen más atractivo para estudiantes de otros países. Fuimos pioneros en impartir titulaciones bilingües y en inglés, y contamos con programas conjuntos con universidades extranjeras (Boston, UCLA, Fordham, etc.), además de trabajar en titulaciones conjuntas con diversas universidades. Hemos obtenido el certificado CeQuint (Certificate for Quality in Internationalization), del Consorcio Europeo para la Acreditación en Formación Superior, que reconoce nuestra estrategia de internacionalización. A esto se suma la distinción de los Índices QS World University Rankings con cinco estrellas, la máxima puntuación en internacionalización, docencia, empleabilidad e inclusión. –Nuevos tiempos, nuevas titulaciones… ¿Hasta qué punto se adaptan sus programas (en tiempos de especial protagonismo de la inteligencia artificial? –El contexto cambiante al que me refería nos exige adaptarnos constantemente. Así sucede, por ejemplo, con los grados relacionados con la salud: Medicina, Farmacia, Genética, Biotecnología, Medicina, Enfermería, etc., completando estas propuestas con opciones que tengan que ver con las nuevas tecnologías (como un Grado en Bioinformática), en línea con nuestra mejora continua de la propuesta científico-técnica. Y trabajamos en crear titulaciones que combinen Humanidades, y Tecnología, en la Abogacía de Negocios, etc. En este contexto, la IA se debe considerar como una herramienta necesaria para profesores y estudiantes, que debemos enseñar a usarla con responsabilidad, con capacidad crítica: será lo que queramos que sea, como sucede con otras tecnologías. –Por último, ¿cómo resumiría la proyección social de la institución? –Como fundación, reinvertimos nuestros beneficios para mejorar instalaciones y servicios. Y para contar con numerosas becas y ayudas (somos la institución educativa privada que más dinero destina en este sentido -este año, cerca de 19 millones de euros-), para atraer a personas con expedientes académicos brillantes (becas Merit), con ayudas socioeconómicas a familias con menos medios, o con situaciones sobrevenidas (como sucedió durante la pandemia). También destaco nuestras acciones pastorales y de voluntariado y el caso, en colaboración con ABC, de 'Haciéndote Preguntas', una iniciativa de la que estamos muy orgullosos
