Calor: Cómo nos afecta la crisis climática, de Miguel Ángel Criado (Debate). Imprescindible propuesta la de este periodista científico que ha llevado una investigación sin parangón sobe los perniciosos efectos del cambio climático en nuestro país (a ver si llegase a leerlo el primo ese negacionista que decía tener Rajoy). Como digo, una lectura fundamental pero ¿de verdad había que publicarla justo en esta época del año, cuando aprieta la canícula? Dos de la tarde, las calles vacías, la axila húmeda y la frente perlada, ¿nos permitirán las recomendaciones del Ministerio de Sanidad ponernos a leer un libro que precisamente se titula así, «Calor»?
El percherón mortal, de John Franklin Bardin (trad. de César Aira; Impedimenta). Cuando parecía que todo estaba ya demasiado trillado en el campo de la novela negra, viene al rescate este autor estadounidense para no ya captarnos la atención sino dejarnos con el culo torcido gracias a un argumento de lo más alocado que incluye duendecillos vestidos de colores y un caballo relacionado con el asesinato de una actriz (por si fuera poco, el texto está traducido por el gran César Aira, un autor argentino que también tiene una imaginación demencial). ¿La gracia del asunto? El tal John Franklin Bardin escribió esta modernísima novela en 1946, cuando aún no existía Netflix ni estaba tan resobado el género del noir.
El delantal y la maza, de María Arranz (Col&Col). Igual que dicen que del cerdo se aprovechan todas sus partes, de este libro me interesa todo también: una editorial —la que lo publica— centrada en lo gastronómico (con lo que a mí me gusta comer), un diseño de colección montado sobre una tipografía muy chula, el detalle tan raro de que el ISBN aparezca en portada (no sabrán ni los editores por qué, pero les queda la mar de bien), también, por supuesto, el tema que trata, ese vínculo entre feminismo y la cocina como espacio contradictorio sobre el que quiero aprender más, a ver si lecturas como esta me hacen poco a poco más cocinitas y aliado y me van suavizando esta cara que tengo de gañán.
La alquimia del tiempo: Un memoir dublinés, de John Banville (trad. de Miguel Temprano García). Precioso homenaje a Dublín y a sus gentes por parte del premio Príncipe de Asturias irlandés, quien hace virguerías como guía turístico y literario por las luces y sombras de la urbe en la que se instaló al llegarle la madurez. El resultado es muy bueno pero conmigo no hacía falta que Banville se hubiera esmerado tanto, pues yo siempre voy derechito como lector a todo libro que trate sobre Dublín. ¿Cómo no, con todos los ases de la literatura —Swift, Joyce, Wilde, Beckett, Stoker, Shaw— que nos ha brindado la capital irlandesa? Alta literatura y la cerveza Guinness: razones suficientes para justificar mi exacerbado interés por su ciudad.
Angloentrevistas traducidas, vol. 2 (Libritos Jenkins). ¿Cansado de leer los mismos libros y escuchar la misma música que los demás? ¿Quieres aprovechar el veranito para intentar volverte más alternativo en relación a tu consumo cultural? ¡Germán te trae la solución! Este libro te hará menos estándar pues contiene treinta y tres entrevistas a lo más granado del rock independiente (primer nivel alternativo alcanzado) llevadas a cabo por el locutor del programa de radio libre San Onofre (segundo nivel alternativo alcanzado) emitido desde 1996 no desde una gran ciudad sino desde la misteriosa Guadalajara (tercer nivel alternativo alcanzado) y publicado por una editorial de lo más extraña y underground (nivel alternativo alcanzado: cuarto y final).
La Santa Compaña, de Lorenzo G. Acebedo (Tusquets). Conviven estos meses en librerías dos ciclos de thrillers históricos protagonizados por autores de referencia de nuestra literatura nacional. Por un lado, tenemos a Miguel de Unamuno metido a detective en El primer caso de Unamuno, de Luis García Jambrina, y por otro a Gonzalo de Berceo (ya sabéis, el poeta medieval de Milagros de Nuestra Señora, según aprendíamos en B.U.P.) también en modo Philip Marlowe medieval. De esta última ya van dos entregas, la segunda con un trasfondo muy divertido y terrorífico de misterios gallegos que me confirma lo que ya imaginé leyendo la primera: que si bien respeto mucho al intelectual vasco-salmantino del «Vencerán pero no convencerán», de poder escoger yo siempre elegiría al cachondo y borracho de Gonzalo de Berceo para irnos de vinos por mi ciudad.
El poder del objeto, de Blanca Garí (Siruela). Tras su fascinante libro sobre mística femenina, la catedrática de Historia Medieval Blanca Garí nos invita a repensar la relación entre las personas y las cosas a través de un sorprendente recorrido por la materialidad según la entendía la sociedad medieval. ¿Que por qué reseño aquí un libro sobre la importancia de los objetos físicos, siendo elDiario un medio digital? Bueno, es que es muy debatible que este periódico sea exclusivamente digital, pues nada impide a sus lectores imprimirse cada día sus artículos favoritos, graparlos para que no se extravíe ninguna hoja, y así, mojándose el dedito índice para pasar bien las páginas, leerse de cabo a rabo su resultante ejemplar.