Una atractiva y educativa propuesta televisiva invita al aprendizaje de la música desde edades tempranas, mediante el juego familiar
La cantautora y tresera cubana Enid Rosales está feliz. Y no es para menos. Su carrera, inicialmente dedicada a la música para adultos —aún cuando no abandonará este perfil— tomó un giro hermoso luego del nacimiento de su hijo Álvaro. Decidió componer canciones para las niñas y los niños, cantarlas y bailarlas, en espectáculos diversos, así como guiarlos en talleres de estimulación y apreciación musical. Y para no frenar sus sueños, quiso llevar esa magia a la televisión, buscando también mayor alcance.
Do Re Mi con Enid es una de las primeras propuestas televisivas del verano —pensada por la artista desde hace un tiempo— que ya el público ha podido apreciar en las mañanas de Cubavisión. Bajo el slogan Música para jugar, este producto de 12 minutos de duración permitirá aprender música o al menos entender su sentido desde el juego.
«Trabajamos con ejercicios melódicos y rítmicos, y siempre acompañados de los padres porque ese también es el objetivo de este programa, que los padres acompañen a los niños en este proceso de ver televisión y, sobre todo, si es una televisión educativa y al mismo tiempo lúdica.
«Dibujaremos al ritmo de las canciones, proponemos un cuento ilustrado por animadores, compartiremos videos de niños y niñas cantando temas infantiles y todas estas secciones giran en torno al tema central de cada emisión, como la música corporal, los espejos, entre otros», comentó Enid Rosales.
—¿Cómo se gestó la alianza con los Estudios de Animación Icaic?
—Lo primero fue hablar con el director de animados, Ernesto Piña, a quien conozco hace tiempo y le pedí trabajar juntos para la realización de un videoclip con una de mis canciones, porque siempre me ha gustado su estilo de trabajo. En aquel momento aceptó y fue un regalo para mí y ahí está el audiovisual Música en todas partes del disco La gente del espejo, como el primer paso de nuestra unión profesional, más allá de la amistad, que tiene su continuidad en Do Re Mi con Enid.
Vinculado a los Estudios de Animación Icaic, Ernesto Piña —quien además desarrolla sus propias creaciones en su Erpiro Studio— comenta que elegir el título del programa es un asunto muy importante para seducir a la audiencia y que pensó en Do Re Mi con Enid cuando la cantautora le presentó la idea del proyecto, «porque es el juego musical que ella desarrolla con los niños en diferentes espacios de una manera novedosa a través de la modalidad de los talleres, involucrando también a la familia».
Foto: Cortesía de los entrevistados
Piña echó a volar la imaginación, creó gráficas para las diferentes secciones del programa y cada detalle del proyecto lo asumió como un gran reto. «Salí de mi área de confort, relacionada con la realización de cortometrajes, teleseries o películas animadas que, en todos los casos, demanda un tratamiento dramatúrgico para construir una historia de ficción. Ha sido una gran oportunidad para abrirme a otros caminos de la creación audiovisual, la televisiva específicamente, que tiene otros códigos, otros tiempos.
«Ya yo había coqueteado con cosas parecidas, pero en este concepto de programa infantil, y más de corte musical, investigué sobre lo que está pasando en otras partes del mundo en este giro, por ejemplo, el excelente trabajo audiovisual televisivo que se hace en Argentina, Chile y Brasil.
«Así, nos conectamos con el discurso internacional en ese sentido y le dimos el toque cubano. Este programa fue distinto a todo lo que he hecho, lo disfrutamos mucho y estoy convencido de que le gustará a la gente», puntualizó Piña.
Ya unidos ambos artistas, le propusieron la idea a la directora de los Estudios de Animación Icaic, Esther Hitzel, y al productor Armando Alba, y afortunadamente fue recibida con agrado, tal y como sucedió con el canal Cubavisión, por donde se transmite.
—¿Por qué hacer este programa para niños, niñas y sus familias?
—Trabajo esta línea hace tiempo en mis talleres con niños de entre dos y cinco años, para bebés a partir de seis meses y para embarazadas, pero siempre en estos talleres trato de que también participe la familia, a través del juego, y que todos podamos divertirnos.
«Considero que la enseñanza musical debe ser divertida y por eso siempre exploro maneras diversas para contribuir con ello. El arte para los niños siempre tiene que verse desde la mirada del juego. A veces yo siento que falta esa diversión, que a veces los maestros olvidan que el amor por la música debe transmitirse y no tanto desde lo técnico o didáctico, sino desde el disfrute mismo.
«Soñé entonces esta idea con niños y padres en el set, quienes pueden motivar a los televidentes a jugar en sus hogares con sus familiares», explicó Enid Rosales.
Las filmaciones se desarrollaron en la Isla de los Niños, una guardería donde ella ofrece los talleres con frecuencia y en la cual el entorno ya está en sintonía con el mundo infantil. En el rodaje, apunta, participó el equipo de Misael Porto y Cuatro Esquinas.
Foto: Cortesía de los entrevistados
«Agradezco a todos los del staff por la paciencia desarrollada, elemento esencial en el trabajo con los niños, al igual que a los padres que nos apoyaron todo el tiempo. No es difícil imaginar lo que implica grabar nueve programas en tres días y entonces mantener a flor de piel la imaginación, la energía y la fantasía para que los niños, aún cansados, no se aburrieran.
«Aunque los que participaron en la grabación han compartido en talleres que he hecho, no es menos cierto que puede ser agotador para ellos una filmación. Por eso, las escenas con los pequeños se hacían primero y luego, cuando ya se habían ido, los adultos hacíamos nuestra parte.
«Siempre digo que a los niños les queda todo bien. A veces los adultos estamos preocupados: Pórtate bien. Siéntate bien. Haz esto… Pero los niños tienen su naturalidad, su espontaneidad y a ellos les queda todo muy bien.
«La niña más chiquita, con cuatro años, la más traviesa e hiperactiva, nos hacía reír constantemente y a veces, el que siempre es tranquilo, un día es más inquieto y también hace travesuras… y todo eso hace que, aunque hay que emplear recursos de entretenimiento, se goce tanto trabajar con pequeños. Es importante destacar la empatía creada, la conexión maravillosa con los pequeños y el amor que todo el equipo de trabajo puso a disposición del proyecto», insistió Enid Rosales.
Para Piña fue una experiencia muy interesante y además novedosa por llevar a la televisión un concepto de taller o de modo de juego con los niños y los padres. «Había que lograr una sincronía, cámaras mediante, y aplaudo esta idea definitivamente porque Enid posee un gran talento para desarrollar en el trabajo musical para niños y niñas y su éxito está avalado con los discos y sus presentaciones en vivo. Le agregamos una gráfica acorde con el concepto infantil y esperamos las opiniones de la gente».
Do Re Mi con Enid es, sin duda, un aporte vital en medio de un escenario en el cual las canciones infantiles no siempre se escuchan en fiestas de cumpleaños, escuelas o en las propias casas.
Foto: Cortesía de los entrevistados
«Yo sí creo que hay varios artistas haciendo muy buena obra para el público de esas edades y también existen buenos productos educativos infantiles. No obstante, hay que seguir explotando eso, hay que seguir buscando más productos y espacios donde los niños puedan disfrutar de música, de arte creado para ellos, para sus edades, con letras acordes con sus necesidades… que los ayude, que los inviten a sentir, a reconocer el mundo, a mirar siempre con ojos de curiosidad, con ojos de conocimiento, con ojos también de amor, de fantasía, de creatividad.
«Y la familia es fundamental para lograrlo, es la que debe llevar a los niños de la mano a esos espacios pensados para ellos y compartir con ellos la música idónea. Este programa es también mi aporte», asevera Enid.
Ambos recomiendan a la familia cubana no perderse esta propuesta. Ella insiste en que los adultos acompañen a los pequeños «porque es un proceso de aprendizaje musical de manera lúdica y también una variante para crear lazos a nivel familiar, además de un incentivo para luego desviar la atención de niños y niñas de computadoras y celulares». Él reafirma que «es un show diferente, un aire fresco para escapar de la realidad con música para jugar».
