Los años de la dragona han vuelto a Washington. No es desde luego la capital de Estados Unidos ajena a rumores sobre la salud de un presidente y el poder real de su mujer. Desde los años de Franklin D. Roosevelt, enfermo de poliomielitis, obligado a usar silla de ruedas, la Casa Blanca ha sido sometida periódicamente a la insistente pregunta de qué poder tiene la primera dama, y cómo lo ejerce. No todas las mujeres de presidente se han visto en esa tesitura. Las hay que ya tenían suficiente con lo suyo: Jackie Kennedy con las infidelidades de su marido, Betty Ford con sus adicciones, Melania Trump con sus ganas de marcharse de esta ciudad húmeda y pantanosa. Otras,...
Ver Más