Hubo algo más bochornoso para la imagen de Joe Biden que el calamitoso debate electoral en Atlanta el 27 de junio: la aparición del presidente momentos después de ese cara a cara en una pequeña fiesta de los demócratas en un hotel, donde fue junto con su mujer. Ante un Biden rígido y desorientado, su esposa le miró como si fuera uno de los alumnos a los que suele dar clases y le dijo, señalándole: «Joe, hiciste un gran trabajo, respondiste a todas las preguntas y te sabías todos los hechos». Esta escena, transmitida en directo por varios medios, no sólo acentuó las dudas sobre la capacidad del presidente para manejar la presión y la complejidad de su cargo, sino...
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