La Plaza de España de Sevilla se engalanó en la tarde noche del sábado para recibir a tres titanes de la música en el marco del Icónica Santalucía Sevilla Fest. La noche prometía magia y cumplió con creces, reuniendo a Gipsy Kings by André Reyes, Medina Azahara y Raimundo Amador en un espectáculo que quedará grabado en la memoria de los asistentes. El ambiente era electrizante desde el primer momento. El majestuoso entorno de la Plaza de España, iluminado para la ocasión con el sol del atardecer, se convirtió en el escenario perfecto para una velada que celebraría la riqueza y diversidad de la música. Los primeros en subir al escenario fueron Medina Azahara, los maestros del rock andaluz no decepcionaron. Con más de cuatro décadas de carrera, demostraron el motivo por el que son considerados uno de los grupos más grandes de este género . Con 'Paseando por la Mezquita' dio comienzo el concierto del grupo, que consiguió la atención del público desde el primer minuto. Los seguidores se mostraron completamente entregados con los cordobeses coreando los diferentes temas como 'Velocidad', 'Palabras de libertad' o 'No quiero pensar en ese amor' con el que incluso puso a saltar a la pista. Las versiones de 'Abre la puerta' y 'Tu frialdad' de la banda Triana en una especie de tributo que fueron recibidos con una ovación atronadora, aunque también quisieron acordarse de su ciudad con el melancólico tema 'Córdoba'. Encarando ya la recta final del espectáculo, la banda interpretó dos de las canciones más gritados de la noche, 'Necesito respirar' y 'Todo tiene su fin' dos auténticos éxitos que fueron cantados a capela por sus seguidores más leales. La combinación de sus potentes guitarras y profundas letras creó una atmósfera cargada de nostalgia y energía. Fue un recorrido por su legado musical que hizo vibrar el corazón de varias generaciones presentes en la plaza. Tras la vibrante actuación de los Medina Azahara, llegó el turno de Raimundo Amador, una leyenda viva del flamenco y el blues. Su entrada al escenario fue recibida con una mezcla de respeto y expectación. Desde la primera nota, quedó claro que su talento y carisma son inigualables, gracias a una interpretación en inglés con la que se vio reflejado su dominio de la guitarra. Su repertorio comenzó cantando 'Hoy no estoy pa nadie', aunque en la segunda canción pasó el testigo a su coristas tras confesar que «yo hago lo que puedo». Tras esto volvió con las versiones aportando un toque diferente con 'Back to Black' de Amy Winehouse. También quiso lanzar un guiño al pasado con el conocido tema 'Camarón' del grupo Pata Negra. La fusión de géneros que Raimundo maneja con maestría, mezclando flamenco con blues , hipnotizó a la audiencia. Temas emblemáticos y con la colaboración del pequeño Luis que sacó el lado más tierno de los asistentes e hizo que su actuación fuese un viaje emocional y musical sin precedentes. La noche continuó con la presentación de Gipsy King de la mano de André Reyes, embajadores internacionales de la rumba flamenca. Los asistentes no tardaron en levantarse de sus asientos para bailar y corear éxitos atemporales como 'Djobi Djoba', o 'Bamboleo', disfrutando desde el primer acorde. Sobre el escenario más de una decena de músicos que aportaban un toque personal a cada canción, incluso iban turnándose para cantar los temas. La complicidad con el público era innegable, llegaron a pedirles ayuda para los coros del tema 'Todos ole', e incluso bromearon con subir a bailar al escenario a alguno de los presentes. La presencia del sevillano Ezequiel Montoya para interpretar el tema 'My way', más conocido en su versión en español bajo el nombre de 'A mi manera', fue una colaboración especial que añadió un toque diferente al espectáculo. El punto y final de la noche lo pusieron los músicos que a medida que iban siendo presentados interpretaron temas como 'Orobroy' o 'Sevilla tiene un color especial' aunque el grupo definitivamente se despidió con 'Volaré'. La Plaza de España se transformó en el epicentro de una energía desbordante, con los ritmos flamencos recorriendo cada rincón y haciendo vibrar a cada asistente. No solo cumplió con las expectativas, sino que las superó, ofreciendo una noche inolvidable que celebró la versatilidad de la música con un a mezcla de rumba flamenca, rock andaluz y flamenco blues en un entorno icónico.