No son tiempos fáciles para los gobiernos de Europa y eso se nota en Berlín. El camino que han marcado las elecciones europeas y francesas han impregnado en el Gobierno alemán la certeza de que el sentimiento de los votantes se está desplazando hacia la derecha en casi todos los países y de ahí que el canciller, tan dado a mantenerse al margen de las elecciones de otros países, haya querido hacer una excepción ante el horizonte que parece vislumbrarse en el país vecino. Tras la devastadora derrota en las elecciones parlamentarias, Olaf Scholz apoyó públicamente a Emmanuel Macron e incluso aseguró esta semana que le envía mensajes de texto todos los días. En la fiesta de verano de su partido, el Partido Socialdemócrata alemán (SPD), aseguró: «Estamos discutiendo la situación, que es realmente deprimente, en vísperas de la ronda decisiva de las elecciones parlamentarias del domingo en Francia». Unas palabras que dejan en evidencia la poca esperanza que alberga el canciller de que Francia se alce con un Gobierno estable.
Scholz también se pronunció claramente a favor de un mal desempeño de Reagrupación Nacional, el partido de Marine Le Pen. Antes de la segunda vuelta de las elecciones francesas, el canciller aseguró: «Yo, por mi parte, cruzo los dedos para que los franceses, a quienes amo y respeto tanto y cuyo país significa tanto para mí, consigan impedir que haya un Gobierno allí dirigido por un partido populista de derecha». No fue la primera vez. El domingo pasado, Scholz ya mostró claramente su bandera contra el partido populista tras la primera vuelta de las legislativas. Esperaba «que los partidos que no son Le Pen» tuvieran éxito, explicó en una entrevista a la televisión pública ARD.
La situación política en Francia preocupa al canciller. Tras el éxito de RN en la primera vuelta, Scholz habló de una situación «opresiva» y subrayó la necesidad del papel de Alemania como «ancla de la estabilidad en Europa». Es evidente que al líder germano le preocupan los éxitos de los partidos populistas de derecha en varios países europeos como Países Bajos, pero también en su propio país. «Aquí está la Alternativa para Alemania (AfD) y también la Alianza Sahra Wagnknecht (BSW) que están pescando en las mismas aguas turbulentas». De hecho, un aspecto crucial de estas elecciones será cómo abordar el populismo de derecha en Europa, ya que una victoria de Le Pen también tendría un impacto en Alemania, donde AfD es relativamente débil en comparación con RN, aunque un jefe de Gobierno de extrema derecha en Francia podría reforzar el argumento de que la cooperación con AfD también sería posible a pesar de que, hasta ahora, todos los partidos establecidos en Alemania lo han rechazado.
La victoria electoral de RN podría tener consecuencias políticas y económicas de gran alcance. El líder de este partido, Jordan Bardella, anunció que quiere eximir a Francia de las normas del mercado interior de la electricidad de la UE para reintroducir un «precio francés de la electricidad». Esto tendría un impacto en Alemania, porque el país galo es su mayor exportador de electricidad. El año pasado, Alemania obtuvo alrededor del 2,3% de su consumo bruto de electricidad de Francia. Sin embargo, los expertos suponen que Francia no puede simplemente desconectarse de sus vecinos europeos debido a las extensas regulaciones de la UE. No obstante e incluso si Francia dejara de exportar electricidad, Alemania podría ser autosuficiente aunque los precios de la electricidad subirían porque Alemania tendría que producir más electricidad por sí misma. Asimismo, una victoria electoral de la RN afectaría a las empresas alemanas. Francia es el segundo mercado de exportación más importante para Alemania y la inestabilidad económica allí podría provocar una disminución de la inversión y el crecimiento. Scholz destacó que Alemania y Europa necesitan una Francia económica, política y financieramente estable.
¿Y las relaciones franco-alemanas? Poco antes de las elecciones, el líder de la RN Jordan Bardella aseguró que inicialmente no cambiaría nada en las relaciones con Berlín, aunque algunos expertos no piensan lo mismo. Preguntada por la prensa alemana, Ronja Kempin -experta en Francia de la Fundación para la Ciencia y la Política de Berlín- asegura que la formación de Le Pen siempre ha sido “muy crítica con Alemania, a veces casi antialemana, acusando a Macron de haber vendido intereses franceses a Alemania y de querer revertir eso tan pronto como tengan una opción de poder”. Además, hasta hace poco, el programa de la RN señalaba que el proyecto germano-francés de crear de forma conjunta un avión y un tanque de combate debería finalizar. Marc Ringel, director del Instituto Germano-Francés en Ludwigsburg, ve también dificultades en las relaciones bilaterales en caso de un gobierno de la RN. Esto plantearía una pregunta práctica para el gobierno federal: “¿Quién sería la persona de contacto ahora que no hay contacto con la RN? Luego, por supuesto, surge la pregunta: ¿se atendrá el nuevo gobierno francés a los acuerdos bilaterales? Políticamente habría mucha incertidumbre”.
Estos puntos del programa electoral de RN serían fuente de conflicto con la UE y con Berlín: una reducción de la contribución francesa de la UE, una salida del mercado eléctrico comunitario, la finalización del pacto migratorio o la restricción a la libertad de viajar de extranjeros no pertenecientes a la UE aunque, por supuesto, no está claro hasta qué punto tales planes se implementarían realmente. El apoyo francés a Ucrania también podría reducirse.