Islandia es uno de los países más fascinantes tanto de Europa como del mundo. La inhóspita isla nórdica está repleta de enclaves espectaculares y de una naturaleza salvaje que no se puede encontrar en España, y por ello es uno de los destinos más increíbles a los que se puede viajar sin tener que estar un día entero en el avión.
Los entornos naturales islandeses parecen sacados de otro planeta, y es que sus glaciares, sus lagunas de aguas termales o sus parajes gélidos en los que ver auroras boreales le confieren al país un aspecto imponente. Muchos de esos enclaves son de origen volcánico, ya que la mayor parte de la isla está compuesta de lava y basalto, y es que estos gigantes geológicos son uno de sus principales atractivos, aunque lo que poca gente conoce es que uno de ellos se puede visitar por dentro.
El volcán Thrihnukagígur es un gigante dormido cuya última erupción data de hace cuatro milenios. Su nombre, que traducido significa ‘el cráter de los tres picos’, ya hace indicar la excepcionalidad de esta colosal formación geológica situada cerca de Reikiavik, y es que es el único del todo el mundo en cuyo interior puedes adentrarte. Su profunda cámara de 212 metros es un espectáculo que tienes que ver con tus propios ojos.
Tres erupciones formaron este imponente volcán de tres cráteres, los cuales miden unos 550 metros y están separados entre sí, aunque desde uno se puede descender por una impresionante chimenea hasta la descomunal cámara magmática, donde la lava ha desaparecido en vez de haberse solidificado, lo que hace posible descender hasta el fondo y contemplar una estampa única en el planeta.
La primera parada del itinerario para conocer las profundidades del volcán es una cabaña de esquí a la que se puede llegar en bus o en coche. Tras ello se inicia una caminata de tres kilómetros hasta el cráter, al que se llegará en unos 45 minutos tras subir una pequeña cuesta al final del trayecto. Ya en el centro base, donde podrás relajarte mientras te explican todos los detalles de seguridad, nos prepararemos para el descenso.
Una vez montados en el ascensor, nos espera un descenso hasta el mismo fondo de la cámara magmática. En 7 minutos pisaremos el suelo de este impresionante enclave y podremos apreciar todos los colores del interior del volcán durante media hora, tras la cual volveremos a la superficie para regresar al campamento base. Conocer el interior del Thrihnukagígur es experiencia única en el mundo y la tienes a tu alcance.
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