Carlos Caszely el icónico futbolista chileno, el máximo goleador en la historia de Colo Colo, con 208 goles, cumplió este viernes 74 años. Con un larga trayectoria en el deporte junto a la Roja en Alemania en 1974 y en España en 1982, siendo escogido como el mejor jugador de la Copa América 1979 en la que Chile fue subcampeón, el deportista es consagrado como una de las mayores figuras del fútbol en chile.
Todos estos registros que alcanzó “El Chino” en su trayectoria, le permitieron que este miércoles se le otorgará un reconocimiento en vida: su nombre en una calle en la comuna de Santiago, específicamente en el Barrio San Eugenio, entre el Club Hípico y el Parque O’higgins, provocando así que la ex calle Arzobispo Valenzuela deje de ser mencionada de tal forma para llamarse Carlos Caszely Garrido.
La iniciativa, nació de la Municipalidad de Santiago y fue una decisión unánime por el consejo municipal de la comuna. Según señalaron desde el municipio el goleador histórico albo nació el 5 de julio de 1950 en la calle Juan Nepomuceno Espejo esquina Arzobispo Valenzuela en el sur poniente de la comuna, frente a la plaza Jorge Montt. “El 12 de enero de 1966, debutó por Colo-Colo en un amistoso ante Peñarol de Uruguay, al regresar a su casa los vecinos del Barrio San Eugenio lo esperaban para felicitarlo”, explicaron.
En el marco de su natalicio, el histórico deportista conversó con el programa de Radio Universidad de Chile, El Ágora Deportes, en el que se compartió algunas vivencias y valoró este reconocimiento.
“Es reconfortante que en vida te hagas un homenaje, cuando en este país no se reconoce mucho”, dijo Caszely respecto al cambio de calle.
Asimismo, señaló que este tributo le recuerda a su niñez. “Me hace recordar a mi época de amigos, de los pelusas, de la pelota de trapo, de la pelota de goma, de la pelota que hacíamos con medias de la mamá. Hay grandes recuerdos, en los que uno empieza a retroceder el casete y empieza a acordarse de cosas tan bonitas de la infancia”, comentó el ex futbolista.
En esa misma línea, el ídolo del fútbol recordó, con mucha emoción, la época en que “las calles eran de tierra”, en la que los padres debían llamarlo de un silbido en las noches para que volvieran a casa y en la que “jugaban cinco, seis horas”.