En un conversatorio organizado por la Defensoría de los Habitantes, el presidente ejecutivo del Instituto Costarricense de Acueductos y Alcantarillados (AyA) presentó los proyectos de inversión para lo que queda de la administración.
Fui invitada como panelista y noté un discurso contradictorio al criticar el modelo de gestión que llevó a la cancelación del crédito de cuatro proyectos para saneamiento de aguas residuales en Golfito, Quepos, Jacó y Palmares; dos de ellos tenían la “no objeción” del Banco de Desarrollo KfW alemán y estaban definidos en la planificación institucional, verificable en el Plan Nacional de Inversiones en Saneamiento 2016-2045 y en la Política Pública de Saneamiento de Aguas Residuales, aprobados en el 2016 y definidos entre los proyectos prioritarios.
Sin embargo, a pesar de que con el argumento anterior una creería que haría borrón y cuenta nueva en medio de esa limitación en la capacidad de gestión institucional que mencionaba, sí le da continuidad a algunos proyectos de abastecimiento de agua que fueron elaborados siguiendo exactamente el mismo modelo.
Si el modelo no sirve, debería tener dudas de la totalidad de los proyectos, pues debe haber más coherencia entre lo que se dice y lo que se hace.
Volviendo a la cartera de proyectos que se presentaron, me extrañó que habían sido definidos en administraciones anteriores, tales como los “nuevos caudales” que se están incorporando a los sistemas —mencionados en metros cúbicos por día y no en litros por segundo—; muchos de ellos representan apenas la compensación del caudal perdido en época seca, es decir, no aumentarán la capacidad hídrica de los sistemas.
Expuso que van a incluir un nuevo caudal tomado de una fuente en Cascajal de Coronado: ¿De cuánto caudal estamos hablando? ¿Cuál es la calidad de la fuente de agua? ¿Cuánto va a contribuir a acabar con los racionamientos que aún a principios de julio se están aplicando? Parece que el “nuevo proyecto” es uno de los que se habían evaluado y ampliamente estudiado, pero descartado por el costo de eliminar la alta concentración de aluminio en el agua.
Es preocupante que el presidente del AyA no expusiera una solución a mediano y largo plazo no solo para el casco central de San José, que tiene un déficit hídrico considerable en los acueductos, sino también para el norte de Cartago, donde varias fuentes están contaminadas con residuos de plaguicidas.
Orosi II es la opción viable para abastecer el área metropolitana y algunos cantones de Cartago, entre otros lugares donde no hay opciones hídricas cercanas, por ejemplo La Unión. Este cuenta con los diseños casi listos (un 80% de avance), viabilidad ambiental y tres terrenos ya comprados.
El jerarca indica que es algo a largo plazo, lo cual significa avanzar y concluir los diseños, continuar con la compra del resto de los terrenos necesarios y la gestión de un crédito que muy penosamente en esta administración dejaron perder después de haber sido aprobado el 24 de noviembre del 2020 por el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE), por $399,2 millones.
Complementariamente, en el 2016 se formalizó el crédito para llevar a cabo el proyecto de agua no contabilizada y optimización de la eficiencia energética (RANC-EE).
En el 2019 se obtuvieron los resultados de un diagnóstico exhaustivo sobre el estado de los principales acueductos del AyA: el de la Gran Área Metropolitana, Liberia, Limón, Guácimo, Pérez Zeledón, Puntarenas, Alajuela y San Ramón.
A partir de ahí, se diseñó un plan de 261 acciones y se priorizaron subcontrataciones necesarias para la reducción de un 17% del agua no contabilizada y la sustitución de medidores, macromedidores, válvulas de control, bombas y tuberías, entre otros. Lamentablemente, lo paralizaron en el 2021 cuando el actual regulador de los servicios públicos era gerente general del AyA.
Es más, uno de los predecesores de la actual administración del AyA intentó cancelar el contrato a la empresa adjudicataria, lo cual, afortunadamente, no ocurrió.
En resumen, el “nuevo” AyA parece ser la continuidad del proyecto RANC-EE y algunos otros, pues aún no se escuchan todos los que quedaron adelantados o listos, como un moderno laboratorio nacional de aguas y el de Limón.
De esta manera, tendremos un retroceso significativo en saneamiento, los racionamientos en San José continuarán y el faltante de agua se acentuará.
La autora es catedrática de la Universidad de Costa Rica fue presidenta Ejecutiva del AyA en los períodos 2014-2018 y 2018-2020.