En diciembre de 2012 presentamos la primera investigación realizada en España en un matadero de caballos. Ese trabajo formaba parte de nuestra campaña 'Mataderos', con la que desde 2008 mostrábamos la realidad de los mataderos españoles, llevando nuestras cámaras a estos lugares que permanecen ocultos al público.
Más de una década después, hemos vuelto a conseguir imágenes de la matanza de caballos en nuestro país. En colaboración con el fotoperiodista Aitor Garmendia, hemos documentado un matadero de caballos de Asturias, durante los meses de noviembre de 2023 y mayo de 2024.
Esta investigación forma parte de nuestra campaña internacional para poner fin a la matanza de caballos.
La REALIDAD de un MATADERO de CABALLOS | Nueva investigación de Igualdad Animal from Animal Equality on Vimeo.
Estos son algunos de los sucesos documentados en este matadero:
La naturaleza asustadiza de los caballos (debido a su alta respuesta de lucha o huida) hace que a menudo el aturdimiento previo al sacrificio sea impreciso. Como resultado, los caballos suelen recibir múltiples golpes y, en ocasiones, permanecen conscientes durante el desmembramiento.
En la primera investigación, el responsable de las instalaciones llegó a declarar a los investigadores que muchas personas que habían empezado a trabajar en aquel lugar no habían aguantado más de una jornada, por no ser capaces de soportar el olor a sangre y los gritos de los animales al ser degollados.
En esta nueva investigación, el director dijo a los investigadores que los caballos procedían tanto de granjas equinas para carne como de centros de equitación que querían deshacerse de caballos y yeguas por ser demasiado mayores, por su comportamiento o por haber sufrido lesiones que implican tratamientos demasiado costosos.
A pesar de que en nuestro país el consumo de carne de caballo es bajo (y en tendencia descendente año tras año), España es el mayor productor de Europa, exportando principalmente a países como Italia o Francia, donde el consumo de carne de caballo es mucho mayor que en nuestro país.
Es importante señalar que esta industria está salpicada por innumerables escándalos de salud pública y maltrato animal.
Denunciamos el comercio clandestino existente de carne de caballo procedente de animales de particulares o ámbitos como las carreras o competiciones ecuestres. Por ejemplo en diciembre de 2022 fue desmantelada en España una banda criminal por introducir en el mercado carne equina no apta para el consumo humano.
Por eso es tan importante que estas imágenes lleguen al público. La industria cárnica es una de las más herméticas del mundo, y mantienen en el mayor secretismo la realidad que viven los animales tras sus paredes.
Y gracias a la concienciación social podemos conseguir avances legislativos importantes. Por ejemplo, en 2020 Grecia prohibió el sacrificio de caballos, incluyéndolos junto a perros y gatos en la prohibición de criarlos, utilizarlos y exportarlos para la producción de pieles, cuero, carne u otras sustancias.
En todos estos años hemos hecho toda clase de investigaciones, nos hemos infiltrado en mafias de traficantes de perros en China para mostrar la matanza, hemos documentado los mataderos de cerdos, de vacas, de corderos, de conejos, de caballos… y todas estas imágenes tienen algo en común: puedes ver y sentir el terror en sus miradas, puedes ver animales indefensos que no tienen escapatoria, condenados al peor de los destinos.
También todas estas investigaciones tienen algo en común, y que se refiere a nosotros y nosotras y a nuestros condicionantes culturales.
¿Reaccionamos de forma distinta cuando vemos un matadero de perros, de cerdos o de caballos? ¿Por qué?
El nombre de este blog hace referencia al suceso que ocurrió en Turín en 1893, cuando Nietzsche se cruzó con un cochero que azotaba con el látigo a un caballo, doblegado en el suelo. Nietzsche se abalanzó sobre el caballo y lo abrazó, y permaneció junto a él hasta que fue detenido por desórdenes públicos. Un momento que marcó para siempre al filósofo.
La forma en la que podemos “abrazar” a estos animales que están sufriendo por millones en mataderos es conectar con sus padecimientos, mirar más allá de la especie a la que pertenecen y responder, tanto individual como colectivamente, a toda esta violencia.
