Francia ha venido a Alemania a jugar al ajedrez y Portugal al fútbol, pero lo primero contagia a lo segundo. Para desgracia de la Eurocopa. La subcampeona del mundo será la rival de España en las semifinales de la Eurocopa tras derrotar a la selección lusa en la tanda de penaltis perfecta para Francia y trágica para Joao Félix. Su lanzamiento lo escupió el palo derecho de Maignan. Lo más emocionante de la primera mitad fue el sorteo inicial. A Cristiano le tocó elegir campo y decidió cambiarlo para atacar tras el descanso en el fondo donde estaban los hinchas lusos. Lo hizo dándole algo de intriga, con la idea de hacer una pequeña broma, mientras Michael Oliver esperaba su decisión. A Mbappé no le hizo demasiada gracia. Ni una mueca. Admirarle no significa reírle sus tonterías. Portugal jugó con su once de gala y Deschamps decidió meter a Camavinga en el lugar del sancionado Rabiot y a Kolo Muani por Thuram. Son igual de tarugos. Músculo, físico y potencia con pocos recursos técnicos. Más soledad para Mbappé, otra vez frustrado por la esa máscara maldita, pero son lentejas. Ni siquiera acabó el partido. Fue un primer acto sin áreas. Y sin porterías. Solo Leao le ponía algo de chispa en sus uno contra uno ante Koundé, pero sus centros acaban sin remate, despejados o bloqueados por la defensa francesa, o en las manos de Maignan. Dejó un destello de clase, en un balón al espacio para Nuno Mendes, de tacón, de espaldas y con caño incluido a Jules. Eso no le hubiera pasado a Saliba, que es junto a Kanté el mejor de Francia en esta Eurocopa. Deschamps sonríe. Acabó la primera parte como comenzó. Con una broma. En el 44, Oliver señaló una clara falta sobre Vitinha a siete metros de la frontal del área. Ideal para Cristiano. El '7' cogió el balón, lo colocó, lo mimó, respiró hondo y acabó mirando como Bruno Fernandes mandaba el balón a la grada. Cero goles de libre directo en esta Eurocopa. Terrible. La segunda mitad comenzó con una confidencia de Rúben Dias a Cristiano, justo antes de que Ronaldo sacara del centro del campo. Quizás le dijo que iba a evitar un gol claro de Kolo Muani, que es justo lo que hizo en el 67. En una acción parecida a la de la final del Mundial de Qatar, el ariete francés perdonó un mano a mano. En Doha se lo detuvo el 'Dibu' Martínez, en Hamburgo la pierna de Dias. Antes de desperdiciar el 0-1, a Francia la mantuvo en pie Maignan. En el 60 sacó un derechazo de Bruno con una mano dura abajo, en donde duelen las costillas. El pase al espacio lo recibió del exterior de Cancelo. Luego, en el 63, una jugada de Leao la remató Bernardo con la derecha. El disparo salió centrado, pero estuvo rápido de reflejos el guardameta del Milan. Ahí ha salido ganando Francia tras la jubilación de Lloris. La tuvo también Camavinga, en el 70, en un balón suelto en el lateral del área pequeña. Su golpeo con la derecha cogió curva de dentro hacia fuera y se marchó por línea de fondo, cerca del palo de Diogo Costa . Fueron diez minutos contra natura de un partido que olía a prórroga, como le pasó a Portugal ante Eslovenia y a punto estuvo de sucederle a Francia frente a Bélgica. A ella se llegó tras una acción defensiva de Pepe en el 90 celebrada como un gol. Le mantuvo una carrera a Thuram desde el centro del campo y acabó limpiándole el balón ya en la línea de fondo. 41 añitos. En el tiempo extra, treinta minutos más de tostón y una sorprendente noticia. Mbappé al banquillo entre el primer y el segundo tiempo, y bolsa de hielo a la nariz. Recibió un balonazo de Vitinha en el 55 y, desde entonces, jugó bastante dolorido. Ni siquiera llegó a la tanda de penaltis. No lo necesitó. Celebró desde el banquillo como si el penalti de Theo lo hubiera metido él. El contraste lo ponían las lágrimas de Pepe. Telón abajo de una carrera gigante. Como él. El martes, España-Francia en Múnich . Oh la la!