En Sudamérica, un movimiento único está ganando terreno: la protección legal de las olas. Este innovador enfoque no solo busca preservar estas formaciones naturales para el surf, sino también garantizar la integridad de los ecosistemas marinos que las rodean.
A través de legislaciones específicas, tres países han establecido un precedente global en la defensa de los derechos de la naturaleza, enfocándose en la conservación y el uso sostenible de sus costas.
A continuación te revelamos cuales países siguen este modelo de conservación que promueve la preservación ambiental y desarrollo económico a través del turismo responsable:
La decisión de otorgar derechos a las olas en Perú, Brasil, Chile y Ecuador surge de una creciente conciencia sobre la importancia de los ecosistemas marinos y su relación con la biodiversidad y la cultura local. Estos países reconocen que las olas son más que simples recursos naturales; son hábitats esenciales para diversas especies marinas y puntos clave para actividades recreativas como el surf.
Asimismo, en estos países, la protección de las olas también se ve impulsada por la comunidad surfista y ambientalista, que ha trabajado arduamente para promover la legislación necesaria.
El mecanismo de protección legal para las olas en estos países incluye varios elementos innovadores. En Perú, la Ley 27280 y su reglamentación establecen un sistema de registro y protección de rompientes, asegurando que estas áreas no sean alteradas por desarrollos costeros. La campaña "Hazla por tu Ola" ha sido fundamental en este proceso, promoviendo la participación ciudadana y la recaudación de fondos para estudios técnicos.
En Chile, la legislación protege áreas específicas y permite la creación de nuevas reservas marinas para la conservación de rompientes. La Fundación Rompientes ha trabajado para identificar y proteger las olas más importantes del país, asegurando que se mantengan en su estado natural.
Ecuador ha adoptado un enfoque basado en los derechos de la naturaleza, integrando la protección de las olas en su marco legal más amplio. Este enfoque reconoce a las olas como sujetos de derechos, lo que implica una protección más integral y holística de los ecosistemas marinos.
Por su parte, Brasil, recientemente ha implementado derechos a las olas del río Doce gracias a una ley que fue impulsada por la Cámara Municipal de Linhares, en Espírito Santo.