Desde finales de marzo de 2024, las autoridades sanitarias de Estados Unidos han encendido las alarmas tras confirmar la presencia del virus de la gripe aviar altamente patógena IAAP A(H5N1) en 86 rebaños de vacas lecheras distribuidos en diez estados del país.
Texas, Nuevo México, Michigan, Kansas, Idaho, Ohio, Carolina del Norte, Dakota del Sur, Colorado y Wyoming son los territorios afectados por este brote que ha generado gran preocupación en la industria láctea y entre las autoridades sanitarias. Mientras tanto, los consumidores de productos lácteos están preguntándose si es seguro consumir sus vasos de leche matutinos y si los seres humanos podrían ser los siguientes infectados.
El 1 de abril un trabajador de una granja lechera en Texas fue diagnosticado con el virus marcando un hito preocupante en la salud pública. Este caso representa la primera vez que se detecta este virus en ganado bovino y la primera vez que se transmite de mamíferos a humanos. A este caso le siguieron dos en el mes de mayo en dos granjas afectadas de Michigan.
A principios de abril, Cal-Maine Foods, Inc.,el mayor productor de huevos de Estados Unidos informó que había interrumpido temporalmente su producción en un planta de Texas tras confirmar que las gallinas de esa instalación estaban infectadas con gripe aviar. Igualmente, las autoridades confirmaron que también se había detectado un brote del virus en una instalación avícola de Michigan.
La gripe aviar lleva años generando alarma: el Centro de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) ha registrado casi 86 millones de casos entre las aves de Estados Unidos desde 2016.
A finales de mayo, el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) confirmó por primera vez la presencia del virus de la gripe aviar en carne de vacas. El hallazgo se produjo durante inspecciones rutinarias de animales sacrificados en plantas procesadoras de carne.
Los inspectores federales detectaron signos de enfermedad en 96 vacas provenientes de granjas lecheras, las cuales fueron retiradas del suministro alimentario. Actualmente, el USDA está trabajando en estrecha colaboración con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) y otras agencias para investigar el origen del virus y prevenir su propagación.
Las enfermedades zoonóticas -o zoonosis- son enfermedades que se transmiten de los animales a las personas, a menudo a través de la sangre, los excrementos y los fluidos corporales.
Se ha llegado a considerar que el COVID-19, el SARS (Síndrome Respiratorio Agudo Severo), el MERS, el Ébola y el H1N1 (gripe porcina) tienen su origen en los animales. De hecho, según la Organización Mundial de la Salud, el 75% de las enfermedades infecciosas nuevas o emergentes tienen un origen zoonótico.
Las granjas industriales -donde se crían cerdos, pollos, vacas y otros animales en condiciones de hacinamiento e insalubridad- presentan las condiciones que permiten la propagación de estas enfermedades. El estrés debilita el sistema inmunitario de los animales, lo que acelera aún más los brotes.
Aunque hasta ahora la rápida propagación de casos se limita a Estados Unidos, los expertos coinciden en que en España también es crucial estar alerta. Especialmente tras el brote de gripe aviar registrado en una granja de visones en Galicia a principios de 2023, que resultó en el sacrificio de todos los animales.
Además, es importante recordar que durante la temporada 2021-2022 se identificaron en España 90 brotes en aves silvestres, 36 en aves de corral y tres en aves en cautiverio, según datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. En este sentido, Joaquim Segalés, investigador del Centro de Investigación en Sanidad Animal del Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentarias, subraya que “en los contagios de Estados Unidos estamos hablando de que los brotes están teniendo lugar con distancias de miles de kilómetros, con lo cual esto nos está diciendo que aparentemente puede suceder en cualquier localización, siempre y cuando haya contacto con las aves infectadas. Por tanto, el riesgo está”.
Los investigadores de la organización de protección animal Igualdad Animal han filmado condiciones insalubres en granjas industriales y mataderos de todo el mundo. Entre los hallazgos más preocupantes se incluyen:
Mientras las granjas industriales con animales hacinados en condiciones insalubres permiten la propagación de zoonosis, podríamos ayudar a prevenir el próximo brote.
El reciente brote de gripe aviar en Estados Unidos, que ha infectado a ganado vacuno y a trabajadores de las granjas, es un nuevo y preocupante episodio que pone de manifiesto las graves consecuencias de la ganadería industrial.
Desde Igualdad Animal venimos alertando hace años sobre los peligros que este modelo de producción representa para la salud pública, el medio ambiente y, por supuesto, los animales.
La concentración de miles de animales en espacios reducidos, junto con las condiciones de hacinamiento e insalubridad, crea un caldo de cultivo perfecto para la propagación de enfermedades zoonóticas, como la gripe aviar. Este brote no es un hecho aislado, sino que se suma a una larga lista de enfermedades que han surgido o se han visto agravadas por la ganadería industrial, como la E. coli, la salmonelosis o la influenza porcina.
Es hora de tomar medidas urgentes para cambiar nuestro sistema alimentario y apostar por un modelo más sostenible y ético que garantice la salud pública, respete a los animales y proteja el medioambiente, y que permitirá dejar atrás la ineficiencia del sistema de producción de la ganadería industrial.
Igualdad Animal trabaja para mejorar el sistema alimentario fomentando una transición hacia una alimentación sostenible, asequible y ética que ayude a las personas, a los animales y al planeta. No olvidemos que todos y todas podemos acabar con los efectos de la ganadería industrial y con el maltrato que sufren los animales optando por opciones vegetales en nuestra alimentación. A través de Love Veg ofrecemos alternativas libres de crueldad a los productos de origen animal.
NOTA DE LA AUTORA: Artículo originalmente escrito por Lauren Halapi, responsable de comunicaciones en Igualdad Animal Estados Unidos y traducido, adaptado y actualizado por Carolina Gil-Castaldo, responsable de comunicaciones en Igualdad Animal España