La genética humana es un tema fascinante que revela parte de la complejidad de nuestro desarrollo físico. De hecho, este tema lleva a preguntarse por qué algunas personas son más altas que otras y qué es lo que determina la altura.
La respuesta parece estar en una intrincada combinación de factores genéticos y ambientales que determinan nuestro tamaño de pies a cabeza.
Recientes investigaciones han identificado más de 700 variantes genéticas asociadas con la estatura, cada una con efectos modestos pero acumulativos.
La altura humana es el resultado de una interacción entre genética y ambiente. Si bien la mayoría de las personas heredan su altura de una combinación de más de 700 variantes genéticas conocidas existen casos excepcionales donde un solo gen puede tener un impacto dramático.
El gen FGFR3, por ejemplo, está relacionado con el crecimiento del cartílago en las placas de crecimiento de los huesos largos. Alteraciones en este gen pueden causar enanismo o gigantismo en casos extremos.
Otros genes como FBN1, GH1 y EVC están vinculados a trastornos raros que afectan significativamente la altura.
Según el portal de MedlinePlus, la estatura es un mosaico genético complejo. Genes como el ACAN enseñan esta complejidad: algunas de sus variantes causan trastornos severos del crecimiento, mientras que otras tienen efectos sutiles en personas sin patologías evidentes.
El ambiente también juega un papel crucial. La nutrición, especialmente durante la infancia y adolescencia, puede potenciar o limitar la expresión genética de esta evolución. A su vez, otros factores tienen influencia en la altura que puede alcanzar una persona:
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La determinación de la estatura adulta es un proceso complejo que va más allá de la simple herencia genética. Si bien los genes juegan un papel fundamental, el entorno y los factores socioeconómicos también tienen una influencia significativa en el crecimiento: