Durante un breve periodo de tiempo, el juez Juan Carlos Peinado estuvo sentenciado por El Plural y por el PSOE de un delito de falsedad documental, doble identidad o vaya usted a saber. Estuvo acusado de tener dos DNI con el mismo nombre, pero con distinto número.
Con esa estratagema, según el medio mencionado, el juez había adquirido inmuebles, muchos inmuebles, en Madrid y en otras comunidades, supuestamente para lucrarse.
«De forma sostenida en el tiempo, se decía, para adquirir su extenso patrimonio». Hasta el PSOE, en boca de su portavoz, Esther Peña, mostró preocupación por la exclusiva que afectaba, nada más y nada menos, que al juez que investiga a la esposa del presidente, Begoña Gómez, a pesar de la insistencia de Pedro Sánchez en su honorabilidad y reiterar que «no hay nada en la actividad profesional de mi mujer que pueda ser reprochable».
Parecía que hubiesen pillado al juez Peinado cometiendo un delito, «nadie puede tener dos DNI distintos legales», y pareciese que unas veces adquiría inmuebles con un número de identificación y otras con el otro.
La señora Peña llegó a decir: «Me preocupa que una persona pueda manejarse con dos DNI por la vida».
Lo gracioso es que ese día, Sánchez había anunciado que cambiaría la ley de publicidad institucional para luchar contra la desinformación de los pseudomedios digitales y tabloides.
Desconozco la categoría, dentro de la escala de regeneración democrática que quiere imponer el Gobierno, que le corresponderá a El Plural tras la imputación a un juez de usar dos DNI, antes de cerciorase de que todo obedece a un error grave del Registro de la Propiedad.
Se han dejado llevar por el «no dejes que la realidad te estropee un buen titular» o «no dejes de enfangar, que la honorabilidad del juez has de quitar».