El sector turístico que tanto está contribuyendo a la economía española en estos momentos se puede resentir por la reducción de jornada laboral impulsada por la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz . «Esto lo pagamos todos, porque tendremos que subir precios », advierte Alex Fratini , portavoz de los hosteleros de Abreca desde Benidorm, uno de los destinos más visitados cada año. ¿Por qué augura que afecte al conjunto de la población? «Puede ser una medida electoralista, pero al final las empresas siempre repercuten los costes y aunque en los últimos años pensábamos que la subida de nuestros costes era provisional y no tan alta, y hemos reducido ganancias, ahora ya tenemos que repercutirlo», explica este representante del gremio de la restauración. Además, ven difícil encajar el acortamiento de la jornada en una actividad tan adaptada a los gustos de los consumidores. «El horario en el turismo está en función del flujo de trabajo que tenemos, según los clientes, que exigen un servicio y por eso vuelven a España», recuerda Fratini, un planteamiento que ya sacaron a relucir cuando precisamente la ministra Díaz sugirió adelantar el cierre de los establecimientos en consonancia con lo que se hace en el resto de Europa. «Si encima no podemos trabajar en las horas en que estamos acostumbrados , que tanto gustan a los turistas… No podemos adecuarnos a la reducción de jornada laboral y, si lo tenemos que hacer, hay que incrementar precios y no vamos a ser competitivos», abunda. Tampoco ha gustado en el sector la forma en que parece que va a salir adelante la medida, por las formas de Yolanda Díaz: «Nos ha puesto un ultimátum , decía que no hemos hecho propuestas y sí las hemos presentado a través de la CEOE ; tiene las ideas claras y no quiere escuchar, no cuenta con una pata muy importante, que son las empresas, que si funcionan pueden aumentar mucho el trabajo, y si no van a cerrar». En este último detalle, coinciden con las advertencias de otro sector económico de peso como la industria del calzado . En definitiva, un cambio normativo que asumen como un lastre a sus negocios. «Vamos mal, esto funciona si está bien para los empleados y para las empresas, no sólo de un lado, la operativa es importante y las 40 horas están bien, se puede conciliar con las familias y ser productivo en el trabajo», apostilla. Aparte de que puede agravar el problema endémico de la falta de mano de obras, sobre todo, camareros , en la temporada alta, especialmente acuciante en destinos como Benidorm, al tener que contratar a más personal para dar servicio el mismo número de horas a la semana, al pasar a 37,5 la jornada laboral.