Esta pequeña localidad costera ofrece una combinación perfecta de playa, naturaleza, gastronomía, panorámicas impresionantes, mercados y museos
Altea es uno de los pueblos más hermosos de la comarca alicantina de la Marina Baja. Esta pequeña localidad costera conserva la tranquilidad y el encanto de tiempos pasados a pesar de encontrarse en una de las zonas más turísticas de la costa española. Recientemente, ha sido destacado por la prestigiosa revista Viajes de National Geographic como el pueblo más bonito de España para visitar en julio.
La iglesia con su cúpula azul, alrededor de la cual se agrupan casas blancas adornadas con palmeras y buganvillas, junto con las vistas al mar desde las partes más altas del casco antiguo, le confieren un carácter único y es conocida como la "cúpula del Mediterráneo".
Altea ofrece una combinación perfecta de playa, naturaleza, gastronomía, panorámicas impresionantes, mercados y museos. Es un lugar para ser disfrutado desde múltiples perspectivas.
La iglesia de la Virgen del Consuelo está situada en lo que en tiempos pasados fue el castillo de Altea, y sus dos cúpulas azules de cerámica vidriada son visibles desde cualquier parte del pueblo.
Durante el verano, de julio a septiembre, paseando por sus calles, podrás disfrutar de la ''Mostra d'Artesania'' en la plaza de la Iglesia, donde artesanos exhiben sus trabajos espectaculares. Además, si tienes la fortuna de visitar durante las "Balconades", podrás admirar una exposición al aire libre con lienzos colgados desde los balcones del casco histórico, creados por artistas locales.
No puedes dejar pasar la oportunidad de visitar los cuatro miradores emblemáticos del casco antiguo, desde donde en días claros podrás incluso divisar Benidorm. También vale la pena explorar el tranquilo barrio marinero y descubrir los encantadores rincones del Barrio de Bellaguarda y la Plaza de la Alfafería.
La artesanía es una característica destacada de la Comunidad Valenciana, y en las pintorescas callejuelas de este pueblo encontrarás tiendas y talleres de arte donde admirar hermosas creaciones. En la calle San Miguel, cerca de la plaza de la iglesia, descubrirás una variedad de productos artesanales y de cuero, muy típicos en esta región de Alicante.
Se puede ingresar al recinto amurallado del pueblo a través de dos puertas: el Portal Vell, también conocido como puerta valenciana, y el Portal Nou, o puerta del mar. Estas estructuras datan de los siglos XVII y XVII y ofrecen una visión de cómo eran las defensas de este pequeño pueblo contra incursiones de forajidos que llegaban tanto por mar como por las montañas.
Dar un paseo por el Paseo Marítimo es otra de las atracciones de este encantador pueblo junto al mar. Visitar su puerto te permite saborear la exquisita gastronomía mediterránea característica de la Comunidad Valenciana, con ingredientes frescos y de temporada.
Si disfrutas de la playa, en el núcleo urbano encontrarás hermosos lugares como la Playa de Roda o la Playa del Cap Blanc. Además, a las afueras del pueblo, en la desembocadura del río Algar, se encuentra la Playa de Cap Negret, conocida por sus aguas cristalinas y su arena de guijarros.
Altea sirve como punto de partida para diversas rutas que exploran las sierras cercanas y la costa.
En los alrededores del pueblo, puedes descubrir espacios naturales de gran valor como la Font del Garroferet en el barranco de Altea la Vella o la Font Gran. También es ideal para pasear siguiendo el curso del Río Algar y explorar las huertas de Altea en bicicleta o a pie, disfrutando de la flora y fauna del camino hasta llegar al delta, donde las aguas dulces del río se encuentran con el mar.
Otra opción interesante es visitar el faro cercano en Albir, ubicado dentro del Parque Natural de la Serra Gelada. Se puede acceder a él siguiendo una ruta de senderismo desde la Playa de Albir, con una distancia de aproximadamente 5 kilómetros de ida y vuelta.
A unos 10 kilómetros del pueblo, también puedes explorar las Fuentes de Algar, un entorno natural con cascadas y manantiales que sin duda te impresionarán.
