La última vez que se celebraron consultas bilaterales entre Alemania y Polonia, en 2018, estaban al mando Merkel y Morawiezcki . Después, el partido conservador Ley y Justicia (PiS) enfrió las relaciones con Berlín y ahora son Olaf Scholz y Donald Tusk los encargados de normalizarlas, con una agenda dominada por la Defensa. En Varsovia, a donde ha viajado con doce de sus ministros, el canciller alemán se ha comprometido a garantizar la seguridad de la frontera oriental de Polonia, ya sea contra ataques militares o contra la inmigración ilegal. Ha ganado a cambio a Polonia para su plan de acción conjunta, un documento del gobierno alemán en el que no se incluyen acuerdos financieros concretos pero en el que los dos países rubrican el compromiso de trabajar juntos, a escala bilateral y dentro de Europa, para crear un «escudo protector» sobre el cielo europeo y a favor de una reforma de la Unión Europea, para que ésta «siga siendo siendo capaz de actuar«. Polonia limita no sólo con Ucrania, sino también con Bielorrusia y el enclave ruso de Kaliningrado, que ha adquirido nueva importancia estratégica. El documento firmado señala: «Fortaleceremos la interoperabilidad y estandarización de nuestras capacidades de defensa, aumentaremos la capacidad de producción y promoveremos la inversión de nuestra industria de defensa». En concreto, se habla de desarrollar iniciativas conjuntas en el ámbito de los tanques y municiones. Esto también implica una mayor disponibilidad de repuestos para los tanques de batalla principales Leopard , que ambos países han entregado a Ucrania. Además, Polonia y Alemania quieren coordinar sus «esfuerzos para crear un pilar europeo más fuerte y más eficiente en la OTAN», lo que contribuirá significativamente al potencial de disuasión de la alianza. «Alemania será un líder en la seguridad de Europa«, ha reconocido Donald Tusk, en la rueda de prensa posterior al encuentro, »no puedo imaginar que Alemania no sea un líder para la seguridad común de Europa, incluida la de Polonia«. »No tengo dudas, y en estos tiempos, en tiempos de guerra, de agresión rusa contra Ucrania, en tiempos de descomposición política, nadie debería tener dudas sobre la importancia de la cooperación polaco-alemana, y en un ambiente amistoso, con confianza mutua, para la política de ambos países, pero también para toda la política europea y para el futuro de Ucrania y de toda la región«, reiteró el primer ministro polaco. Refiriéndose al East Shield, un proyecto de infraestructura conjunto con los Estados bálticos para reforzar la seguridad de la frontera europea, Tusk ha declarado que «no tengo ninguna duda de que también es de interés para el Estado alemán que esta frontera esté vigilada de manera efectiva. Y refiriéndose a los problemas históricos y a las difíciles relaciones polaco-alemanas, el primer ministro ha zanjado que »Polonia, como una de las mayores víctimas de la II Guerra Mundial, y Alemania, como perpetradora de esta desgracia y tragedia, hoy, como naciones libres, democráticas y europeas, deben garantizar conjuntamente que Europa esté segura y que la guerra nunca vuelva a ocurrir«. Scholz tomó el relevo de este nuevo tono de las relaciones, al afirmar que »nosotros, los alemanes, causamos a Polonia un sufrimiento inconmensurable durante la Segunda Guerra Mundial, somos conscientes de la culpa y de las tareas que de ella se derivan«. El plan de acción dice también que «los dos gobiernos están llevando a cabo un intenso diálogo sobre medidas para apoyar a las víctimas aún vivas del ataque y la ocupación alemana de los años 1939 a 1945, medidas de conmemoración y seguridad». No hay promesas concretas sobre pagos, pero sí la construcción de una Casa Germano-Polaca en Berlín , como otro proyecto al servicio de la reconciliación. Esta casa está destinada a conmemorar la complicada historia compartida y la brutal ocupación alemana durante la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), así como a crear un lugar de recuerdo de las víctimas polacas. Ambas partes dan importancia a que esta construcción se complete lo más rápido posible, como se indica en el documento, y a utilizar como material didáctico en sus dos sistemas educativos el libro de texto de historia germano-polaco titulado 'Europa: nuestra historia'.
