Países Bajos acabó tercera de grupo, con los jugadores y Koeman enfrentados entre duros reproches, y con críticas severas de los medios de su país, pero ya está en cuartos y allí se cruzará con Austria y Turquía , rivales con los que perfectamente se puede soñar con las semifinales. El fútbol es un caos maravilloso. Ganó la 'Oranje' a Rumanía, con Hagi padre de espectador en la grada, en su mejor partido del torneo. Un encuentro que pudo acabar 8-0, y que solo se quedó en una diferencia de tres tantos por la mejorable finalización neerlandesa. El partido empezó bien para Rumanía, que salió atrevida, sabedora que no tenía nada que perder. Ni siquiera el golpe en la cabeza a Hagi hijo, que le hizo sangrar y jugar con una especie de venda condón el resto del partido, trastocó los planes. Dragus se trastabilló en un mano a mano y Man intentó emular a Robben con esa clásica jugada en la que conducía desde banda izquierda hacia la frontal del área y ahí soltaba el latigazo. No eran ocasiones con mayúsculas, pero ya era más que la propuesta de Países Bajos, que salió al Allianz Arena a verlas venir los primeros veinte minutos. A partir de ahí, se asentó en el partido y bajo el mando de Simons, las llegadas de Dumfries por banda y el talento de Memphis y Gapko, le dio un vuelco total al guion. Fue, precisamente, el tanto del delantero del Liverpool la llave de la clasificación. A pesar de sus 193 centímetros, Gapko es un jugador técnicamente bueno, con velocidad y un misil en la pierna derecha. A los 21 minutos recibió un balón de Simons en la izquierda, encaró a Ratiu, que con ese pelo azul está más cerca de Sonic que de ser futbolista, y ya dentro del área, exactamente a 18 metros de la portería, soltó un latigazo de 121 kilómetros por hora. A esa velocidad eran los disparos más bestias de Cristiano. Relevante resaltar el dato porque el lanzamiento fue al palo del portero e, incluso, llegó a tocar el balón, pero a ver quién es el guapo que detiene ese cohete. Tercer tanto de Gapko en la Eurocopa y pichichi compartido con Musiala , el georgiano Mikautadze y el eslovaco Schranz. En el Mundial de Qatar, ya logró también tres dianas, todas ellas en la primera fase. Tuvo Países Bajos dos buenas ocasiones más para aumentar la ventaja. En una de ellas, Xavi Simons renegó de su pierna izquierda cuando estaba solo en el punto de penalti para fusilar a Nita. En la otra, Memphis evocó a Laurie Cunningham e intentó hacer un gol olímpico con el exterior de su bota derecha. Una sobrada que tuvo su gracia. Bueno, menos para Rumanía. En la segunda parte, Países Bajos continuó la tendencia y pudo endosarle una goleada histórica a los de Iordanescu hijo, pero solo la falta de puntería evitó que los neerlandeses se fueran de Múnich con un resultado mucho más abultado. La primera fue para Reijnders, que se recorrió medio campo antes de disparar, tiro que taponó el codo de Dragusin . Estaba pegado a su cuerpo. Legal. El desenlace fue el mismo en otra acción de Dumfries por la derecha, rematada primero por Malen y luego por Memphis. Ambos disparos, bloqueados por la defensa rumana. En el 59, Virgil remató al palo izquierdo un córner botado por Depay y Nita estuvo ágil para despejar un disparo de Gapko, al que le anularon un gol en el 63 por la espinillera de su pierna izquierda. El neerlandés remató un balón en el área pequeña que vino precedido de una prolongación de Memphis. Por milímetros, pero estaba en fuera de juego. El ya exjugador del Atlético rozó el gol en un lanzamiento de libre directo, a lo Ronaldinho, por debajo de la barrera. Acarició el palo. Grave descuido de Rumanía, que no puso a nadie tirado en el césped tras la barrera. Los amarillos habían agotado todos los décimos de la Lotería, también los de Ratiu, y acabaron hincando la rodilla en el 83. Otra vez Gapko, más fuerte y más listo que Dragusin. Asistencia desde la raya de línea de fondo y pase a la red de Malen , que también hizo el tercero ya en el 93. Un 3-0 que se acercaba más a lo visto en Múnich.