Estas podrían ser consideradas parte del salario y, por ende, influir en la cotización si la empresa se involucra más allá de simplemente mantener los montos y distribuirlos posteriormente
Las propinas son sumas de dinero adicionales que se dan voluntariamente a trabajadores de ciertos sectores como agradecimiento por un servicio recibido. En la actualidad, en ciertos sectores y actividades, es muy común dar una propina al personal que nos ha atendido. Esta práctica sirve como una muestra de agradecimiento por la atención y el servicio brindados a los clientes.
En este contexto, es importante destacar que las propinas no forman parte del salario oficial. No constituyen una obligación de pago por el servicio recibido, sino que son una gratificación voluntaria. Esta práctica surge de la decisión del cliente de mostrar su agradecimiento por un buen servicio o una atención destacada por parte del trabajador o del equipo.
Por lo tanto, si un empleado recibe una propina, esta no está relacionada con la empresa ni debe considerarse parte del salario. Debido a esto, el monto recibido como propina no debe incluirse en el cálculo de indemnizaciones por despido, incapacidades temporales o permanentes, ni en ninguna prestación o pensión a la que los trabajadores puedan tener derecho.
Es fundamental entender que las propinas podrían ser consideradas parte del salario y, por ende, influir en la cotización si la empresa se involucra más allá de simplemente mantener los montos y distribuirlos posteriormente.
En definitiva, si la empresa gestiona las propinas, determinando quién las recibe y cuánto, estas dejarán de ser vistas como una gratificación voluntaria de terceros y se incluirán en las bases de cotización del trabajador. En tales casos, podrían considerarse como una forma de remuneración sujeta a retención fiscal por ser ingresos derivados del trabajo.
No obstante, dado que las propinas no están específicamente reguladas por ley, la jurisprudencia ha sido la encargada de resolver las cuestiones surgidas en torno a ellas, a través de decisiones en juzgados y tribunales.
En este sentido, el criterio predominante es que las propinas deben distribuirse equitativamente entre todos los empleados que participen en el servicio prestado. De lo contrario, sería considerado discriminatorio que en un restaurante se repartan las propinas solo entre el personal de sala, excluyendo a cocineros u otros trabajadores que también contribuyan al servicio.
No obstante, es importante tener presente que en la realidad, los clientes suelen otorgar propinas como resultado de una atención excepcional o para reconocer la calidad del servicio proporcionado por un empleado en particular. Por esta razón, se considera que la gratificación entregada como propina está destinada específicamente al individuo que prestó el servicio, según han establecido ciertos fallos judiciales.
