Aunque uno la repita mil veces son pocos los aficionados que la interiorizan, o porque el béisbol es así, y punto, pero lo cierto es que la archiconocida frase que escuché por primera vez de boca de un comentarista deportivo de los años 60 es cada vez más verdad: ningún equipo es tan bueno cuando gana, ni tan malo cuando pierde.
En eso pensé en el final del quinto, cuando entró de «caballito» Alexander Jiménez con la carrera que daba el súper nocaut (16x1) de Ciego de Ávila ante el campeón Las Tunas en el estadio José Ramón Cepero. ¿Alguien habló de que se repetiría el 4-0 tunero del play off de 2023?
Los especialistas, con sobrados argumentos, vaticinaron que este enfrentamiento Leñadores-Tigres era el más fácil pronosticar, pues los del balcón del Oriente de nuevo tienen un equipo para respetar, mientras los avileños ya no tienen los mismos atributos de aquel colectivo que le dio tres títulos a esa provincia en la segunda década de este siglo.
A lo anterior sumemos otro detalle: en el estadio Julio Antonio Mella, durante viernes y sábado, los de Pantoja ganaron sus dos partidos «viniendo de abajo», algo que, desde luego, repercute en el aspecto psicológico de uno y otro equipo.
Pero hay más: los de casa salieron al terreno con dos peloteros en estado febril —Liosvany Pérez (bateó de 4-4) y Jorge Luis Contreras— mientras su tercer bate, Héctor Labrada no acaba de reponerse de su lesión en una pierna, y no corre...camina
Pero el béisbol es así de impredecible y los de Dany Miranda batearon 17 cohetes, uno de ellos bambinazo de Ronaldo Castillo, mientras en la lomita el derecho Luis Alberto Marrero espaciaba los seis inatrapables que admitió.
Por los perdedores ni el abridor Leandro Grabiel Cañada, ni los relevistas Rubén Rodríguez, Yoidel Castañeda, Yoelkis Cruz y Andier Reyes pudieron con el empuje de Los Tigres.
Ahora aumentan las posibilidades que este play off regrese a Las Tunas, pues para ello solo necesitan los anfitriones salir airosos en uno de los partidos programados en su cuartel general.