La escasez de las cosechas, la sequía, la subida del precio de la electricidad, combustibles y fertilizantes, los impuestos y el agravamiento de la situación a causa de la guerra de Ucrania..., empezaron a afectar al precio del aceite de oliva en 2020. A partir de 2022 se agravó aún más por el conflicto bélico que aún se desarrolla. De esta forma, el 'oro líquido' empezaba a serlo de manera literal. Subidas en algún momento de hasta el 300% en origen, o del 75% en una determinada marca en un lineal de una semana para otra, han hecho que la cesta de la compra se encarezca y la cocina y la salud se resientan, ya que muchas familias han tenido que optar por otros aceites menos recomendables, o bien combinar varios. Ante esta crisis de los precios, el Gobierno ha eliminado temporalmente el IVA de este producto, algo que estará en vigor hasta finales de septiembre, cuando pase al 2% hasta final de año y luego al 4%. Este lunes fue el primer día sin IVA , y ABC consultó a representantes del sector y consumidores. Los primeros algo divididos en cuanto a sus apreciaciones del fenómeno; los segundos esperando bajadas mucho más acusadas. El director general de Dcoop y presidente de las Cooperativas Agroalimentarias, Rafael Sánchez de Puerta, ofreció una valoración al respecto es muy positiva: «Para nosotros lo más importante no es que baje al cero, sino que después de este periodo transitorio se quede en el tipo superreducido del 4% de manera permanente». No obstante, Sánchez de Puerta observa como problema fundamental el hecho de que un porcentaje muy alto de los cultivos sean de secano, algo que se agrava con la falta de lluvias. «El olivar de secano tiene una gran falta de rentabilidad, lo que habría que hacer es aumentar la superficie regable de olivar, puesto que el olivar de regadío no tiene problema, es al de secano al que le va a costar competir con él». Para la presidenta de la Asociación Empresarial de Almazaras Industriales de Córdoba, Belén Luque , la bajada del IVA «es una muy buena medida para el aceite, no sólo porque la actual reducción puede dinamizar algo el consumo, sino porque a medio plazo el aceite se considera producto básico o de primera necesidad, lo que es la noticia verdaderamente importante al quedarse en el 4%». Sin embargo, las almazaras industriales se enfrentarán a un problema transitorio, la diferencia entre el IVA soportado y el repercutido . Las almazaras pagan a los agricultores un asimilado a este tributo que es un cargo de compensación del 12%. Es un ingreso para el agricultor que, a su vez, las almazaras se deducían como IVA soportado por el 10%. «Ahora seguimos soportando al 12% a los agricultores que están en módulos, pero repercutiremos al cero, por lo que Hacienda nos deberá ese dinero a nosotros, durante la demora hasta que nos paguen se genera un problema de cash», detalla Luque. Para el secretario general de Asaja Córdoba, Rafael Navas , la medida de la reducción del IVA es buena pero limitada: «Se trata de una variación muy pequeña del coste de cara al consumo, las estimaciones que dan giran en torno a cincuenta céntimos por litro en el mejor de los casos, aunque cualquier bajada de impuestos por filosofía es buena para el consumidor, el productor y toda la sociedad». Para Navas, una iniciativa así debería ir acompañada de otras que abaratasen costes fitosanitarios, de abonos y laborales. «La gran crisis que tenemos en el mundo del aceite es la de los costes, que repercuten al final en el consumidor, los costes han de bajar de verdad, no con aspectos puntuales como éste, sino con bajadas en multitud de impuestos directos e indirectos», insistió. El secretario general de Asaja también ha llamado la atención sobre los perjuicios para el aceite que supone la nueva Política Agraria Comunitaria. ¿Y qué opinan los consumidores en los lineales ? «Una bajada se agradece, pero es insuficiente , eso y nada es todo uno, yo seguiré sin poder comprar la cantidad de aceite de oliva que usaba antes en la cocina, ahora combino oliva y girasol», declara Julia Bueno a la salida de una conocida cadena nacional de supermercados. «Ahora hay también algunos descuentillos, pero con ellos y la nueva bajada sigue estando carísimo», explica en el mismo lugar Ángela Rodríguez . En esta cadena, por ejemplo, el aceite de oliva virgen extra genérico en envase de tres litros ha pasado de 29,55 a 27,43 euros, y el envase de litro de 9,90 a 9,19 euros. «Esto del IVA no sé a quién beneficia, porque al consumidor no, si el aceite de oliva virgen extra te lo bajan un poco…seguimos en las mismas», apunta Concha Arévalo en las puertas de una conocida cadena cordobesa de supermercados , reconociendo que también se pasó al girasol en gran medida hace tiempo. En el mismo local, Andrés Molina ve el descenso del IVA del aceite como una medida tendente a mejorar la imagen del Gobierno: «Ya me dirás si no para qué sirve que te bajen un poquillo el aceite teniendo en cuenta a los precios que está». En otra cadena cordobesa de alimentación muy cercana se forma un corrillo con un grupo de amigas: Clara Vidal, Elena Martín, Ana Ortega y Lucía Beltrán . Dejan sus impresiones al unísono, después de confirmar la habitual alternancia con aceite de girasol. Para ellas, las explicaciones ofrecidas sobre la subida del aceite no han sido ni claras ni convincentes: «Y ahora nos vienen con esto que parece una limosna».
