Si quieres llegar a los 65 años con tu cerebro en forma , deberías empezar a cuidar la calidad de lo que comes durante tu juventud y la mediana edad. Son las conclusiones preliminares de un estudio que utilizó datos recopilados de más de 3.000 personas seguidas durante casi siete décadas y que se presentará en NUTRITION 2024 , la reunión anual insignia de la Sociedad Estadounidense de Nutrición. La investigación se suma a la creciente evidencia de que una dieta saludable podría ayudar a prevenir la enfermedad de Alzheimer y el deterioro cognitivo relacionado con la edad. Mientras que la mayoría de los ensayos anteriores sobre el tema se han centrado en los hábitos alimentarios de personas de entre 60 y 70 años, este nuevo estudio es el primero en realizar un seguimiento de la dieta y la capacidad cognitiva a lo largo de la vida (de los 4 a los 70 años) y sugiere que los vínculos pueden comenzar mucho antes de lo que se creía anteriormente. «Estos hallazgos iniciales en general respaldan las recomendaciones actuales de salud pública que indican que es importante establecer patrones alimentarios saludables en los primeros años de vida para apoyar y mantener la salud a lo largo de la vida», afirma la doctora Kelly Cara, de la Escuela de Ciencias y Políticas de la Nutrición Gerald J. y Dorothy R. Friedman de la Universidad de Tufts. «Nuestros hallazgos también brindan nueva evidencia que sugiere que las mejoras en los patrones alimentarios hasta la mediana edad pueden influir en el rendimiento cognitivo y ayudar a mitigar o disminuir el deterioro cognitivo en años posteriores«, añade. El rendimiento cognitivo, o la capacidad de pensar, puede seguir mejorando hasta bien entrada la mediana edad, pero suele empezar a decaer después de los 65 años. También pueden desarrollarse enfermedades más graves, como la demencia, junto con los deterioros relacionados con el envejecimiento. Los investigadores afirman que llevar una dieta saludable (en particular, una dieta rica en alimentos de origen vegetal que contengan altos niveles de antioxidantes y grasas monoinsaturadas y poliinsaturadas) puede favorecer la salud cerebral al reducir el estrés oxidativo y mejorar el flujo sanguíneo al cerebro. Para la nueva investigación, los científicos utilizaron datos de 3.059 adultos del Reino Unido que se inscribieron cuando eran niños en un estudio llamado Encuesta Nacional de Salud y Desarrollo. Los miembros de la cohorte, denominada Cohorte de Nacimiento Británica de 1946, han proporcionado datos sobre la ingesta dietética, los resultados cognitivos y otros factores a través de cuestionarios y pruebas a lo largo de más de 75 años. Los investigadores descubrieron que la calidad de la dieta estaba estrechamente relacionada con las tendencias en la capacidad cognitiva general. Por ejemplo, solo alrededor del 8% de las personas con dietas de baja calidad mantuvieron una alta capacidad cognitiva y solo alrededor del 7% de las personas con dietas de alta calidad mantuvieron una baja capacidad cognitiva a lo largo del tiempo en comparación con sus pares. La capacidad cognitiva puede tener un impacto importante en la calidad de vida y la independencia a medida que envejecemos. Por ejemplo, a los 68-70 años, los participantes del grupo con el nivel cognitivo más alto mostraron una retención de la memoria de trabajo, una velocidad de procesamiento y un rendimiento cognitivo general mucho mayor en comparación con los del grupo con el nivel cognitivo más bajo. Además, casi una cuarta parte de los participantes del grupo con el nivel cognitivo más bajo mostraron signos de demencia en ese momento, mientras que ninguno de los del grupo con el nivel cognitivo más alto mostró signos de demencia . Los investigadores observaron que ligeras diferencias en la calidad de la dieta en la infancia parecían marcar la pauta para los patrones dietéticos posteriores en la vida, para bien o para mal. «Esto sugiere que las ingestas dietéticas en los primeros años de vida pueden influir en nuestras decisiones dietéticas más adelante en la vida, y los efectos acumulativos de la dieta a lo largo del tiempo están relacionados con la progresión de nuestras capacidades cognitivas globales», afirma Cara. Para evaluar la calidad de la dieta, los investigadores utilizaron el Índice de alimentación saludable 2020. Los participantes del estudio que mantuvieron las capacidades cognitivas más altas a lo largo del tiempo en relación con sus pares tendieron a comer más alimentos recomendados, como verduras, frutas, legumbres y cereales integrales, y menos sodio, azúcares añadidos y cereales refinados. «Los patrones alimentarios ricos en grupos de alimentos vegetales enteros o menos procesados, como las verduras de hoja verde, las legumbres, las frutas enteras y los cereales integrales, pueden ser los más protectores «, asegura Cara, quien añade: »Ajustar la ingesta alimentaria a cualquier edad para incorporar más de estos alimentos y alinearla más estrechamente con las recomendaciones alimentarias actuales probablemente mejore nuestra salud de muchas maneras, incluida nuestra salud cognitiva«. Los investigadores consideran que se necesitan más investigaciones para determinar si los resultados se aplicarían a poblaciones con mayor diversidad racial, étnica y dietética.
