Al rededor del mundo, existe países con megaciudades de primera categoría cuyo nivel educativo es superior a muchos otros. Debido a ellos, IESE Cities in Motion ha realizado un ranking donde seleccionó estos lugares en base a criterios rigurosos y detallados.
El IESE, ranking reconocido a nivel mundial, midió el desempeño de las ciudades en aspectos como capital humano, cohesión social, economía, gobernanza, medio ambiente y otros factores más durante lo que va del 2024. Entre estas destacan ciudades en América, Europa y Asía. Sin embargo, una ubicada en Estados Unidos ha sido reconocida como la más inteligente de nuestro continente. ¿Te imaginas cuál puede ser?
Nueva York ha emergido como la ciudad más inteligente de América, destacándose por su capacidad para integrar la tecnología en su vida urbana. La ciudad ha implementado diversas iniciativas para mejorar la calidad de vida de sus habitantes, desde sistemas de transporte inteligentes hasta la digitalización de servicios públicos. Estos esfuerzos han permitido a Nueva York no solo mantenerse a la vanguardia en tecnología, sino también promover la inclusión y la cohesión social.
Uno de los factores clave en el éxito de Nueva York es su inversión en capital humano. Esto, debido a que la ciudad alberga algunas de las universidades más prestigiosas del mundo, lo que atrae talento y fomenta la innovación. Además, ha adoptado políticas que incentivan la creación de startups y empresas tecnológicas, generando un ecosistema vibrante y dinámico.
El Índice IESE Cities in Motion 2024 coloca a Nueva York como número uno en América, pero a nivel global está en segundo lugar. Asimismo, también ofrece un panorama de las diez megaciudades más inteligentes del mundo. Este ranking incluye:
Es claro destacar que, estas ciudades han sido evaluadas por su capacidad para gestionar recursos y servicios de manera eficiente, promover la sostenibilidad y mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos.
Para llevar acabo esta lista, el IESE 2024 evaluó un total de 183 ciudades de 92 países, utilizando 114 indicadores. Estos indicadores se dividen en nueve dimensiones que abarcan aspectos críticos del desarrollo urbano:
Convertirse en una ciudad de primera categoría implica un enfoque holístico que abarque diversas áreas. Las ciudades deben invertir en educación y capacitación para desarrollar un capital humano robusto. La tecnología juega un papel fundamental, no solo en la infraestructura, sino también en la prestación de servicios públicos eficientes y accesibles.
La sostenibilidad es otro pilar crucial. Las ciudades deben implementar políticas que promuevan la gestión eficiente de los recursos naturales y la reducción de emisiones de carbono. Esto incluye el desarrollo de sistemas de transporte público sostenibles y la promoción de energías renovables.
Además, la gobernanza debe ser transparente y participativa, involucrando a los ciudadanos en la toma de decisiones y fomentando la cohesión social. La planificación urbana debe ser inclusiva y adaptable, capaz de responder a los cambios demográficos y ambientales.
