En un país donde la diversidad lingüística es tan rica, las expresiones regionales tienen un papel importante, incluso en los asuntos del corazón. Con cerca un millón de hablantes vascos en todo el territorio español, entender las particularidades lingüísticas del País Vasco puede ser fundamental, especialmente cuando se trata de percibir las señales del coqueteo. ¿Quién nos dice que no vayamos a cruzarnos con algún vasco a lo largo de nuestra vida con intenciones de exceder la amistad?
Gabriela Gaztelu Robles, pamplonica de nacimiento y hablante apasionada del euskera, ha compartido con LA RAZÓN, las expresiones más comunes para tirar la caña al más puro estilo vasco.
Es fundamental estar al tanto de las expresiones y vocablos de la región. Piensa que será la única forma de saber si esa persona ya ha movido su ficha o si, por el contrario, has caído en la friendzone.
Si estás conociendo a un vasco y escuchas frases como «Ogia baino goxoago dago» o «Gaztanberatuta naukazu oraintxe», es señal de que las cosas van por buen camino. No a todo el mundo se le dice que está más bueno que el pan o que le vuelve loco.
Sin embargo, no hay expresión más explícita que: «Arrimatuko al gara?». Si un vasco o vasca te dice esto, puedes respirar tranquilo, la relación va viento en popa. Ocurre lo mismo con la expresión «Mokoa jaten ibiltzeko gogorik?», es decir, que quiere saber si tienes ganas de besar apasionadamente. Vamos, que lo tienes hecho.
Ahora bien, si escuchas un «Hi bai muxumerkea» o «Eulia kaketan bezala ibiltzen ditu inguruan», lo mejor es que huyas. La relación no va nada bien. De hecho, te acaban de decir que te lías con cualquiera o que eres alguien que liga demasiado.
Y ni que decir tiene que si tu pareja te dice «Azak eman», puedes ir poniéndote en lo peor, a menudo esta expresión precede a un rechazo o un adiós definitivo. Es decir, que el mítico «dar calabazas», sea en la lengua que sea, nunca trae nada bueno.
Según el Etxepare Euskal Institutua, la lengua vasca, o euskera, se habla en ambos lados del extremo occidental de los Pirineos, abarcando territorios de España y Francia. En la península, se habla en Álava, Vizcaya, Guipúzcoa y Navarra, mientras que en el País Vasco del Norte se encuentra en Labort, Baja Navarra y Sola. Este conjunto de siete provincias es conocido como Euskal Herria. De una población total de aproximadamente tres millones de personas, unas 900.000 hablan euskera.
El euskera es una lengua con una gran diversidad dialectal y es genéticamente aislada, sin relación con ninguna otra familia lingüística conocida. Su origen es incierto, aunque se ha establecido una relación con el antiguo idioma aquitano. A lo largo de la historia, el euskera ha demostrado una notable capacidad de adaptación, lo que ha permitido su supervivencia.
En el siglo XIX, el movimiento de renacimiento cultural también llegó al País Vasco, impulsando el uso del euskera en la esfera pública. En el siglo XX, la creación de la Sociedad de Estudios Vascos y la Academia de la Lengua Vasca, junto con el trabajo de figuras clave como Xabier Lizardi y José Ariztimuño Aitzol, reforzó esta tendencia.
La Guerra Civil Española y la dictadura franquista supusieron un golpe duro para la lengua, pero en la década de 1960, las ikastolas y las gau-eskolas jugaron un papel crucial en su revitalización.
El euskera cuenta con una rica tradición literaria que comenzó con la publicación del primer libro en 1545, Linguae Vasconum Primitiae de Bernart Etxepare. La unificación de la lengua literaria, conocida como euskara batua, se formalizó en 1968 y ha impulsado significativamente la producción literaria en euskera.
A pesar de los progresos, la UNESCO clasifica el euskera como una lengua en situación de debilidad, especialmente en Navarra y el País Vasco del Norte. Aunque su supervivencia está asegurada en algunos territorios, en otros sigue siendo muy vulnerable.