La razón va más allá de una función biológica: se debe a la evolución.
Una de las dudas más comunes durante la niñez, e incluso una vez crecemos es la razón detrás de las arrugas que se hacen en nuestras extremidades al pasar cierto tiempo en el agua. Todos hemos notado cómo nuestras manos y pies se ponen como pasas al tomar un baño, nadar en la piscina o pasar horas jugando en el mar.
Si bien este fenómeno puede parecer simplemente una curiosidad, tiene una explicación biológica interesante. La Dra. Molina, una experta en dermatología, nos proporciona una visión detallada de por qué ocurre este proceso y qué implicaciones tiene para nuestra salud. Esto lo hace a través de la red social Instagram en compañía con fundación piel sana.
La piel se arruga en el agua debido a un mecanismo biológico controlado por el sistema nervioso autónomo. Inicialmente, se pensaba que la piel absorbía agua y se hinchaba, pero estudios recientes han demostrado que este no es el caso. Las arrugas que aparecen en los dedos y las palmas de las manos son una respuesta del sistema nervioso, que provoca la contracción de los vasos sanguíneos en estas áreas.
Esta contracción reduce el volumen de los tejidos debajo de la piel, formando las arrugas características. Este proceso no ocurre en todas las partes del cuerpo, sino que se limita principalmente a las palmas de las manos y las plantas de los pies, donde la piel es más gruesa y no tiene glándulas sebáceas, es decir, donde se produce la grasa de nuestro cuerpo. Ahora es simple física, el sebo o grasa de la piel repele el agua por lo que el resto de zonas de nuestro cuerpo quedan bajo una capa protectora contra estas arrugas.
Curiosamente este proceso que vive nuestro cuerpo responde a una función evolutiva. La teoría más aceptada sobre la función de estas arrugas es que mejoran el agarre en ambientes mojados. Al igual que los surcos en las llantas de los automóviles, las arrugas en la piel pueden ayudar a canalizar el agua y mejorar el contacto con superficies mojadas. Esta adaptación habría sido ventajosa para nuestros antepasados en actividades como recolectar alimentos en ríos y lagos.
Un estudio de 2011 publicado en "Biology Letters" demostró que las personas con los dedos arrugados eran más rápidas al manipular objetos mojados en comparación con aquellos con la piel lisa. Este hallazgo sugiere que la capacidad de nuestra piel para arrugarse en el agua podría haber proporcionado una ventaja evolutiva significativa.
El tiempo que tarda la piel en arrugarse en el agua puede variar según varios factores. La temperatura del agua es uno de los factores más importantes; el agua caliente acelera el proceso de arrugamiento. Además, la salinidad del agua también juega un papel, el agua del mar generalmente causa arrugas más rápidamente que el agua dulce. Además, la hidratación y la salud general de la piel también pueden influir, ya que la piel seca o dañada puede arrugarse de manera diferente.
El arrugamiento de la piel también tiene aplicaciones médicas. La ausencia de arrugas puede ser un indicador de problemas en el sistema nervioso autónomo. Los médicos pueden usar esta reacción cutánea como una herramienta diagnóstica para evaluar la función nerviosa en pacientes con ciertas condiciones médicas.
