No parece que los guionistas de 'La Promesa' vayan a resolver esta semana qué ocurrió con Manuel (Arturo García Sancho), Curro (Xavi Lock) y José Juan ( Jorge Pobes ) tras ser sorprendidos con una granada por parte de los alemanes. Vivos estarán; heridos, seguro. De quien sí sabremos más esta semana es sobre Martina ( Amparo Piñero ) tras su ingreso en un manicomio por supuestamente haber envenenado al conde de Ayala (Miquel García Borda). Y en cuanto a las cuestiones del corazón, tanto Catalina (Carmen Asecas) y Adriano ( Ibrahim Al Shami ) como Lope (Enrique Fortún) y Vera (Ángela Echaniz) protagonizarán idas y venidas. Petra llama al mismísimo Gregorio para contarle que cree que Pía sigue con vida. Catalina le cuenta a Simona que se ha besado con Adriano y la relación con él se va labrando a fuego lento. Juana le consigue a Martina papel y lápiz y esta le escribe una emotiva carta a Curro. Vera le confiesa a Lope que Santos le hace chantaje y, aunque no es capaz de enfrentarse a él, su relación cada vez es peor. Jana propone hacer una colecta para conseguir el dinero que Virtudes necesita para recuperar a su hijo, mientras Petra se disculpa con todos por no entenderse con Ricardo y hace propósito de enmienda con aviesas intenciones. La marquesa sufre por no tener noticias de Manuel y está indignada porque nadie hace nada por aclarar qué fue lo que realmente pasó con Martina. Petra ha hecho una acusación muy grave contra Ayala y este la reta a que le cuente a la marquesa sus sospechas después de haberla amenazado. La afrenta de Ayala a Petra delante de la marquesa consigue que el ama de llaves se contenga, pero eso no le impedirá amenazar al conde. Rómulo tiene un acercamiento con Santos. Gracias a ello, quizás no todo esté perdido con el muchacho. La decisión de ayudar a Virtudes llega a sus oídos. Ella se deshace en agradecimientos con los responsables. Cruz sigue inquieta y no duda en pagarlo, una vez más, contra algunos de sus invitados. Inquieta está también Jana. Para calmarla, María Fernández se ofrece a buscarle un vaso de leche en mitad de la noche… y lo que descubre la deja con los huesos helados. Martina se defiende del ataque de su compañera de habitación, pero lo ocurrido llega a La Promesa y todos se preocupan mucho. Rómulo le cuenta a Alonso la reaparición de Gregorio y toman una medida radical para que Jana pueda llevarle provisiones a la señora Adarre sin levantar sospechas. Se trasladará un tiempo con María Fernández a la cueva. La relación entre Catalina y Adriano se va estrechando cada vez más, ¡la tensión entre ambos es indudable! Vera le dice a Lope que está enamorada de él y está dispuesta a enfrentarse a Santos… pero se ve desarmada cuando el lacayo le pide perdón, dispuesto a cambiar. Virtudes miente a Ricardo, al tiempo que la familia Luján recibe una visita sorpresa que no se esperaban. Vera acepta el propósito de enmienda de Santos, aunque solo para ser amigos, no más. Jana y María Fernández se reúnen con Pía en la cueva, donde permanecerán un tiempo mientras se calman las cosas con Gregorio. María Antonia se presenta ante Lorenzo como una víctima de los impulsos del marqués. Ricardo empieza a recelar de Virtudes tras pillarla en una mentira. Martina sufre un auténtico calvario en el sanatorio donde es sometida a unos tratamientos terribles que, poco a poco, van minando su voluntad. La relación de Catalina y Adriano era más cercana que nunca, pero, de la noche a la mañana, la joven se muestra distante con él. Por fin Martina puede hablar con el médico del sanatorio, pero este no la cree. En uno de sus peores momentos, la muchacha recibe una carta que le devuelve la esperanza. Petra, indignada, descubre que Jana y María Fernández no están donde le han dicho, pero Rómulo la pone en su sitio. Petra le cuenta a Santos que vio a Lope y Vera besándose y este empieza a vigilarlos. Rómulo obliga a Virtudes a hacer una revelación que deja a su madre sin palabras.