El presidente de Agrupación Nacional (AN), Jordan Bardella , detalló el pasado lunes durante una rueda de prensa celebrada en París su programa para las elecciones legislativas anticipadas, cuya primera vuelta se celebra este fin de semana en Francia. Bardella, de 28 años, no tiene titulaciones ni posee una carrera profesional en ningún otro ámbito ajeno a la política . Sin embargo, su ascenso fulgurante y su posible próximo nombramiento como primer ministro puede suponer un hito, pues implicaría la llegada de la extrema derecha a la primera fila de la política francesa. El programa expuesto por Bardella el lunes abarca todos los ámbitos y grandes reivindicaciones que la AN ha abanderado en estos años. No obstante, antes de detallarlas, merece la pena analizar el preámbulo con el procedió a explicarlas. El joven político se presentó como un candidato sensato, dispuesto a abordar las reformas urgentes que necesita Francia y a demoler el legado del macronismo, que considera catastrófico. También se postuló como la única alternativa razonable ante el frente popular, la unión de las izquierdas, a las que acusó de antisemitismo y de fortalecer a Jean-Luc Mélenchon, el polémico líder de la Francia Insumisa. De hecho, Bardella dijo que, si se produjera la victoria de ese campo electoral, Francia se convertiría en una «Venezuela sin petróleo». «El nuevo Frente Popular provocaría solo algunos días después de su llegada al poder que el país se ponga bajo tutela del Fondo Monetario Internacional. Se lo digo solemnemente a nuestros compatriotas: Agrupación Nacional es hoy el único movimiento que puede construir desde ya y razonablemente las aspiraciones claramente expresadas por los franceses». Por otro lado, Bardella citó en dos ocasiones a Charles de Gaulle -con el objetivo de romper definitivamente con el Frente Nacional de Jean-Marie Le Pen , a pesar de que el partido fue fundado por el disgusto con la posición del general durante la guerra de Argelia- y se presentó como una alternativa realista y eficaz para encarar los desafíos a los que se enfrenta Francia. «El general De Gaulle lo expresaba así: 'La Corte Suprema es el pueblo' [...] El papel de Francia, entonces y siempre, es llamar a la desescalada y utilizar la influencia histórica que pueda tener sobre algunos países de Oriente Próximo para lograr una desescalada. Es simple, esa ha sido siempre la postura histórica de Francia. De Gaulle decía: 'Hacia un Oriente complicado, vuelo con ideas simples'». Durante su rueda de prensa, Bardella detalló su postura frente a los dos grandes conflictos que tensan en estos momentos la escena internacional: la guerra de Ucrania y la guerra de Israel en la franja de Gaza. Guerra de Ucrania . Bardella dijo que Rusia supone en estos momentos una «amenaza multidimensional» y criticó cómo la mano del Kremlin se ha extendido en regiones en las que Francia tiene intereses. En ese sentido, aunque expresó su respaldo a Kiev, sí quiso establecer dos líneas rojas en la manera en la que París va a ayudar a resistir a las tropas rusas: no se enviará bajo ningún concepto tropas francesas a Ucrania ni tampoco se proporcionará al país misiles de largo alcance. «Considero a Rusia una amenaza multidimensional, tanto para Francia como para Europa. Rusia amenaza hoy en día los intereses franceses. Los amenaza desde hace varios meses y años en nuestras zonas históricas de influencia en África. Nos amenaza en el mar Negro y también en ultramar [...] sobre todo en las Comoras. [...] Me mantendré extremadamente vigilante frente a los intentos de injerencia de Rusia, pero también de otros Estados y potencias mundiales». Guerra en la franja de Gaza . Bardella explicó que la solución de dos Estados para Palestina e Israel se había vuelto «caduca» tras los atentados terroristas del 7 de octubre. Por tanto, se mostró muy alejado de la postura adoptada por España, Noruega e Irlanda. «Reconocer en este momento [el Estado palestino] sería reconocer el terrorismo y otorgar legitimidad política a una organización que prevé en su carta la destrucción del Estado de Israel. Y que, al mismo tiempo, es considerada por la Unión Europea como una organización terrorista. Sé que hay muchos responsables políticos a la izquierda, en la extrema izquierda, que, por electoralismo, les hacen el juego». Debate sobre la jubilación . Sin duda, se trata de uno de los temas más candentes de la campaña, pues la reforma propuesta por Emmanuel Macron levantó las calles en su contra y contribuyó a debilitar su figura. «A partir del otoño, los franceses que han comenzado a trabajar antes de los 20 años y que justifiquen 40 años cotizados, podrán jubilarse desde los 60 años. La Francia que madruga, la que ejerce oficios difíciles, sobre todos los manuales, tiene derecho a jubilarse con buena salud. Y yo voy a hacer respetar este derecho. Para los otros, se pondrá en marcha un sistema progresivo, como defendimos en 2022 durante la campaña presidencial de Marine Le Pen, con una edad legal de 62 años y un número de anualidades que vaya hasta los 42 años de cotizaciones». Recuperación del poder adquisitivo . Se trata de uno de los temas que más preocupa a los franceses y sobre los que más incidió el propio Bardella en su discurso. «Dicho esto, refirámonos ahora a lo que será, desde mi llegada a Matignon, lo que llamo el período de las urgencias: el relanzamiento del poder adquisitivo, el restablecimiento de la seguridad en todo el territorio, el control de la inmigración. Esas serán las prioridades de nuestra acción». Una de las palabras más repetidas por Bardella en la exposición de su programa fue, precisamente, inmigración . El candidato de AN se presenta con un discurso de regulación fuerte, siguiendo con una de las líneas que más han definido al partido desde hace décadas. Además, ha prometido anular el derecho de suelo, que, como ha recordado Juan Pedro Quiñonero , corresponsal de ABC en París, se trató de una medida adoptada hace 500 años por los Reyes de Francia . «La inmigración no es un tema que divida a los franceses, contrariamente a lo que podríamos pensar. Es un tema que los une, porque, sondeo tras sondeo, apoyan de manera mayoritaria exigir una vuelta a la razón tras décadas. Pretendo, en primer lugar, suprimir el derecho de suelo. La adquisición automática de la nacionalidad francesa no se justifica en un mundo de 8.000 millones de individuos, y mientras se multiplican en nuestro suelo las pruebas cotidianas de nuestra incapacidad para integrarlos».
