Las noches alicantinas de los fuegos artificiales de la playa del Cocó tienen algo de mágico. Son capaces de congregar a un sinfín de personas mirando al cielo esperando un espectáculo de luces y sonidos a la altura de muy pocos. Lo que ocurrió durante la noche de ayer demuestra la dimensión de un concurso que ya es tradición. Pirotecnia Turís fueron los encargados de hacer disfrutar a los presentes como ya lo hicieron durante los cuatro días anterior el resto de sus compañeros de oficio. Y no decepcionaron. Era el fin a una semana de concurso y, a su vez, el día que más personas disfrutaron de un regalo en forma de luz y de color, donde no faltaron castillos aéreos y pequeños detalles más cercanos al suelo que demostraron la destreza que tiene esta pirotecnia afincada en la localidad de València. Era un colofón a toda una semana de noches elegantes y llenas de vida.