El Cabildo Catedral -el ala dura- ha conseguido que la Virgen de los Reyes, la patrona de Sevilla no realice la mayor parte del recorrido oficial de la procesión de clausura del Congreso. Es paradójico: en una iniciativa que organiza la diócesis en la que participan las principales devociones de la diócesis y no va a estar plenamente la patrona de esa misma diócesis. No se entiende. Se supone que al Cabildo Catedral sí le importa la devoción a la Virgen de los Reyes. De ser así la verdad es que no se nota. Había canónigos que temían de que si la Virgen cerraba el cortejo y recorría el Paseo Colón, la vuelta fuera deslucida porque el público se iría a ver los otros pasos. Y para evitarlo quitan de en medio a la patrona - porque es eso, quitarla de en medio- sin que la tumbilla recorra el espacio en el que habrá 25.000 personas sentadas. Esa es la peor manera de fomentar la devoción. Otros calonges decían que el paso no tenía luz para procesionar de noche. Cualquier prioste solucionaría el problema en dos minutos. El Cabildo Catedral siempre ha sido muy suyo. Al Cardenal Amigo se la colaron varias veces y esto es otra por el estilo. Los organizadores piensan que esta decisión no se va a entender porque va contra la lógica, pero una vez anunciada es complicada la marcha atrás. Así que si nada lo remedia ya tenemos aquí el lunar del Cabildo. Todo un clásico.
