Habrá pocos atletas que hayan peleado más su clasificación para los próximos Juegos Olímpicos de París que Irene Sánchez-Escribano. Hace tres años, la atleta toledana de 3.000 metros obstáculos sufrió una fractura en el pie izquierdo a pocos días de montarse en el avión rumbo a Tokio. Mala suerte. El año pasado logró la mínima para los de París, con un crono de 9:20.04. Sin embargo, para la federación española, que pregona la «excelencia», no era suficiente y Sánchez-Escribano estaba obligada a correr este año por debajo de 9:27 para conseguir su billete a la capital francesa. Y lo ha logrado este viernes en el campeonato de España, que se está celebrando en La Nucía (Alicante), donde ha sido segunda con 9:24.47. Consciente de que se jugaba todo a una carta y de la injusticia que habría sido quedarse fuera de los Juegos pese a tener la mínima, la toledana ha sido 'ayudada' por Marta Serrano, hija de su entrenador, y Carolina Robles. Serrano, campeona nacional en 2023, ha marcado el ritmo en las primeras vueltas, pasando el primer 1.000 en 3:08.83. A continuación, se ha descolgado. Mientras, Sánchez-Escribano y Robles se han ido alternando en la cabeza para mantener el buen ritmo. El 2.000 lo han pasado en 6:16.12 y, pese a que la toledana ha perdido comba con Robles en la última vuelta, ha conseguido certificar, ahora ya sí, su clasificación para los Juegos. Por su parte, Robles ha cruzado la meta en 9:22.19, mejorando de nuevo su marca personal (venía de hacer 9:23.75 en el reciente Europeo de Roma) y proclamándose campeona de España. Y de paso ha ayudado a una amiga.