En plena revolución del consumo digital, no es extraño que el campo de la odontología y la ortodoncia se haya visto también salpicado por ciertos riesgos y malas praxis entre los consumidores. Si al creciente aumento de la preocupación por la higiene dental, sumamos también la preocupación estética y un ritmo de vida extremadamente acelerado, el resultado es un cóctel de soluciones ‘salvavidas’, de efecto inmediato, accesibilidad rápida y aparentemente económicas.