Las verduras son un tipo de alimento al que los expertos atribuyen multitud de beneficios según de la que se trate, pero siempre indicando que se deben incluir en nuestra dieta diaria sin dudarlo. Hay muchos tipos de ellas pero en este artículo nos centramos en una de hoja verde: la espinaca. Seguro que, si tienes unos años, recuerdas a 'Popeye' y su lata de espinacas para ponerse fuerte al momento. También está muy extendida la idea de que las espinacas proporcionan mucho hierro y, aunque no son afirmaciones falsas, estas limitan la larga lista de bondades que ofrece este alimento. Entre ellas, siendo prácticos, encontramos las muchas formas de incluirlas en los platos de nuestro día a día. Podemos tomarlas crudas en una buena ensalada, pasadas por la sartén con un poco de ajo, en tortilla, en una crema, mezcladas con pasta, en un potaje, en una quiche, en croquetas, en un rissoto, en una lasaña... Las posibilidades son, como ves, casi infinitas. Siguiendo con los grandes atributos de la espinaca, esa verdura de hoja verde, según datos del Departamento de Agricultura de Estados Unidos, 100 gramos de espinacas en crudo contienen : 23 kilocalorías, 3,63 gramos de carbohidratos, 2,2 gramos de fibra, 0,39 gramos de grasas y 2,86 gramos de proteína. A su vez, también posee buenas cantidades de vitaminas A, C, E, folatos, potasio y el famoso hierro, siendo, a su vez, fuente de carotenos. Pero, centrándonos en un beneficio específico, encontramos que la espinaca es aliada del colágeno , una proteína natural y fibrosa que compone el principal tejido que sostiene y conecta en nuestro organismo. Esto hace que sea una de las proteínas más importantes de nustro tejido conectivo, representando el 30% aproximado de la masa proteica total de una persona. Con esta cuestión sobre la mesa, te preguntarás qué tiene que ver esta verdura con un dolor de rodilla. Pues bien, todo se basa en que existe evidencia científica de que los nutrientes que tiene la espinaca, destacando la vitamina C y los antioxidantes, pueden tener un efecto positivo en la síntesis de colágeno en el cuerpo. A su vez, el colágeno, juega un papel crucial en el tratamiento de enfermedades articulares degenerativas, haciendo especial mención a la artrosis y la artritis . Así, se asocia la inflamación y el dolor de partes del cuerpo como la rodilla, la cadera, el hombro o el codo, entre otros, con la falta de colágeno, aunque el dolor y la molestia en las articulaciones también puede venir marcado por otros factores como alteraciones en la transmisión del dolor en los nervios o la modulación del sistema inmunitario. Pero, volviendo al colágeno, varios estudios recogen que uno de los tratamientos para dolores de rodilla o de cadera producidos por enfermedades degenerativas de las articulaciones es el uso del colágeno. Así, puede tratarse con la ingesta de alimentos que faciliten y promuevan su producción, como las espinacas y otras comidas, así como con la inclusión de suplementos nutricionales de colágeno, que siempre deben ir pautados por un médico. De este modo, varios estudios clínicos recogieron que, los pacientes que sufrían de dolor de rodilla o cadera producido por enfermedades degenerativas en las articulaciones, presentaron varias mejoras tras ser tratados con un aumento de colágeno en su dieta o por suplementos. Algun de las mejoreas fueron la desaparición del dolor al cargar peso o aumento de la flexibilidad de las articulaciones.
