José Moro , propietario de Cepa 21 , se ha enterado por la prensa de la detención de la presunta autora del sabotaje que sufrió su bodega el pasado mes de febrero y que, según fuentes de la Guardia Civil sería una extrabajadora despedida dos días antes de los hechos. Los agentes del Instituto Armado de Valladolid que se hicieron cargo de la investigación desde el primer aviso, han llegado a la conclusión de que esta persona –a la que se le habría comunicado 15 días antes la extinción de su contrato– habría aprovechado ese tiempo para trazar un plan. El ataque, que acabó con 60.000 litros de algunas de sus mejores referencias vertidos por el sumidero, está valorado en 2.535.385 millones de euros de pérdidas que, por el momento, no han sido compensados por el seguro. «Mostraron mucha sensibilidad al principio, pero no hemos cobrado aún ni un euro», explica Moro en una conversación telefónica con ABC . Se siente «aliviado» e «inquieto» por la detención de esta sospechosa este mismo jueves 27 de junio en su domicilio de Villaescusa de Roa (Burgos) . Los agentes del Instituto Armado procedieron también a la investigación de la pareja sentimental de la arrestada, pero fue puesta en libertad en el mismo momento de su detención. Ella, de la que no han trascendido aún datos personales, habría entrado en la bodega la madrugada del 18 de febrero, burlando todos los sistemas de alarma, para abrir los grifos de cinco depósitos de acero. Tres de ellos contenían tres de las referencias de tinto de la bodega de Castrillo de Duero (Valladolid): Cepa 21, Horcajo y Malabrigo. Estas últimas sus dos etiquetas más valiosas. El sabotaje duró, a tenor de las imágenes que lograron captar las cámaras de vigilancia, menos de un minuto. Los investigadores trabajaron desde el primer momento con la hipótesis de que la allanadora conocía a la perfección las instalaciones y que, además, estaba familiarizada con la maquinaria de la nave. Desde el primer momento, tanto la bodega como los investigadores sospecharon de una mujer por la forma de moverse. «Creímos saber desde el principio quien era. Si es ella, se ha arruinado la vida», asegura a ABC con «tristeza». Aunque asegura que aún no tiene confirmación sobre la identidad de la detenida, tampoco muestra demasiadas dudas. «Nada, por grave que fuera para ella, justifica que hiciera eso», reitera con cautela. «Lo intuimos desde del principio. Si han detenido a esa persona será porque la Policía Judicial tendrá pruebas suficientes», comenta al otro lado del teléfono. «Ahora mismo solo pienso en que se haga justicia. Al final todo se pone en su sitio. La maldad no puede ganar a quien hace bien las cosas», añade en su exposición. No obstante, reconoce que no espera «poder recuperar nada». «Si ha sido ella no creo que tenga muchos recursos económicos como para resarcir las pérdidas que ha ocasionado», dice. De confirmarse que la autora material de ese sabotaje es la persona que ha creído desde el principio, sentiría «mucha pena». «Que triste complicarse la vida de esa manera y haber hecho tanto daño a la bodega y a un montón de gente trabajadora que está ahí, día a día, para hacer algo que nos produce orgullo y con lo que nos ganamos la vida», ha apuntado. Preguntado directamente por si esa persona sería una exempleada de la bodega, Moro solo ha confirmado que «si es ella, sí tenía vínculo con la empresa». El bodeguero vallisoletano ha vuelto a tildar los hechos de «atrocidad». Cuenta también que estos meses ha sentido el apoyo de mucha gente. «Nos hemos visto arropados por muchos profesionales y entidades que se han solidarizado con nuestra situación y nos han mostrado su cariño», describe. «También hemos tenido una dosis de lo contrario con nuestra aseguradora, Mapfre. Al principio mostraron mucha sensibilidad por lo ocurrido y estaban dispuestos a llegar a un acuerdo. Hubo un peritaje escrupuloso de los daños y todo parecía encaminado. Pero llevamos una demora enorme y ni nos han pagado ni parece que nos vayan a pagar. No entendemos nada. El plazo por ley ha expirado. Estamos muy dolidos»