El catedrático emérito en el departamento de Historia del Arte de la Universidad de Valladolid, Jesús Urrea, aboga por «no perder un minuto» en la reconstrucción de la cúpula de la iglesia de la Vera Cruz, cuyo hundimiento se produjo el pasado martes, y considera que el templo «no» debería perder su «perfil», porque si lo hiciera «el escenario» que dibuja el templo en la céntrica calle Platerías «sería un desastre». El también secretario de la Real Academia de Bellas Artes de la Purísima Concepción recuerda que era «una de las pocas cúpulas barrocas» que aún sobrevivían en la ciudad. Su construcción data del siglo XVII ya avanzado porque cuando se terminó de construir en el XVI, el templo «no llegaba hasta esa zona, el crucero no existía, ni tampoco la cúpula y el presbiterio actuales». «Es una lástima que haya sucedido esto», sostiene el catedrático, destacando, entre algunas de sus características, «unas yeserías muy estimables»; «Hemos perdido un original, una forma de construir que ahora a ver cómo se reconstruye . Serán los técnicos de Patrimonio quiénes decidan«. Sobre la reconstrucción, considera que «no se debía perder un minuto porque las cosas se agostan». Y pone como ejemplo lo sucedido en la también iglesia vallisoletana de San Martín cuando también perdió su cúpula. «Lo que se hizo allí fue terrorífico. Dijeron que se iba a reconstruir y desmocharon la iglesia y pusieron un cielo raso en uno de los templos más significativos de Valladolid. Espero que no suceda eso aquí, que se haga cuanto antes y se consigan los medios económicos para que siga adelante». Respecto a cómo se debería abordar su recuperación, espera que «se haga exactamente lo mismo». « No vamos a empezar aquí como en Notre Dame, que salieron los arquitectos más novedosos queriendo hacer los experimentos más increíbles«. »La perspectiva que tiene la calle Platerías no se puede perder. Otra cosa son los materiales que se empleen tanto en la construcción como en la estructura, evitando materiales pesados«, pero -insiste- »el perfil no se debe perder« porque de ser así, también lo haría el «escenario» que dibuja la iglesia en la calle Platerías: «Sería un desastre que eso sucediera después de varios siglos», concluye.