Para locura de su hinchada y con bronca final de unos y otros en el césped, Turquía se impuso en Hamburgo a la República Checa , que jugó más de 70 minutos en inferioridad, y se medirá el martes a Austria en octavos de final de la Eurocopa . Cerró el triunfo en el descuento Tosun, justo cuando los centroeuropeos acosaban a base de balones a la olla en busca de sus tallos, y a los otomanos les había entrado el miedo en el cuerpo. El partido, de altísima tensión y bastante mal arbitrado por el rumano Kovacs y con récord de tarjetas, estuvo muy marcado por esa expulsión de Antonin Barak, jugador de la Fiorentina que se pegó un tiro en el pie y mató a su selección. Las necesidades estaban claras de antemano. Turquía debía evitar la derrota para no tener sustos y los checos tenían que ganar sí o sí para estar en octavos. Vincenzo Montella devolvió la titularidad a Arda Güller , que descansó por unas ligeras molestias ante los portugueses, y enfrente Hasek sufría la baja confirmada de Patrick Schick. No era una ausencia cualquiera, ya que el delantero del Bayer Leverkusen ha hecho una temporada magnífica en la Bundesliga con Xabi Alonso en el banquillo del campeón y fue el máximo artillero de la pasada Eurocopa, igualado a cinco tantos con un tal Cristiano Ronaldo. Comenzó el pleito como cabía suponer, con mayor dominio de los checos para buscarle las vueltas a una Turquía vistosa en ataque y caótica en defensa. A partir de Çalhanoglu tienen talento, sobre todo con el madridista Güler, aunque no estuvo muy participativo, y el juventino Yilmaz. Llegó enseguida la noticia del gol de Kvaratskhelia a Portugal que generó aún más tensión en Hamburgo. En ese momento, los georgianos ya eran terceros y rivales de España en el primer cruce. La cita estaba inclinada hacia el área otomana pero Barak cometió dos errores impropios de un profesional de la Serie A. Primero hizo tres faltas en una a Kadioglu y ya con una amarilla pisó a Ozcan. Más difícil todavía para los checos. Solo les valía el triunfo y estaban en inferioridad desde los 20 minutos. Protestaban una y otra vez los checos al rumano Kovacs por su diferente criterio . No les faltaba cierta razón, ya que Yildiz, un talento de la Juventus, flirteó con la roja. Ya pudo verla porque pisó por detrás en el tendón de Aquiles a Hrnac y luego por un salto con los brazos muy abiertos ante Coufal. Pese a todo, las dos mejores ocasiones hasta el descanso fueron de los centroeuropeos. Mostraron las costuras de los turcos en un saque de banda que pudieron tocar hasta dos veces de cabeza y al final en un contragolpe que acabó con un mano a mano que Gunok, portero del Besiktas, le ganó a Jurasek, exterior del Hoffenheim. Ni esa transición se puede conceder estando con uno más ni se puede perdonar estando con uno menos. Los turcos apretaron tras la reanudación. Avisaron primero en un remate de cabeza y se adelantaron poco después. Una jugada con chicha, ya que Stanek le hizo primero un paradón a Muldur y se lesionó. Se levantó renqueante y el posterior disparo de Çalhanoglu era imparable . La noche estaba casi imposible para los checos pero no se rindieron e igualaron tras un regalo defensivo de los turcos. Saque de banda de Coufal, el portero no ataja ante el gigantón Chory y Soucek marcó a placer. Revisión por posible falta al guardameta y mano posterior, pero tanto válido. Nada cambiaba en el grupo pero un gol checo les clasificaba y dejaba fuera a los turcos. Manojo de nervios, resolución de Tosun y bronca final , con tangana y hasta espontáneos.
