Las diez clarisas excomulgadas rompieron su silencio ayer por la tarde para confirmar la información adelantada por LA RAZÓN. El falso obispo excomulgado Pablo de Rojas y su portavoz José Ceacero, han abandonado el monasterio «de forma voluntaria y sin ningún tipo de coacción». «No se ha procedido a la expulsión de nadie de nuestras instalaciones por la fuerza», aseguran en un comunicado en el que también anuncian que se desvinculan de la llamada Pía Unión San Pablo Apóstol al subrayar que «nos apartamos de su jurisdicción». «A día de hoy caminamos libres y solas en defensa de la fe católica», entonan en su escrito.
En paralelo, se reivindican como «legítimos poseedores» del monasterio y, por tanto, se niegan a abandonarlo en «período de ejecución voluntaria», tal como solicita el arzobispo de Burgos y comisario pontificio, Mario Iceta: «No reconocemos autoridad alguna a nadie más que a los Tribunales de Justicia, para ordenar nuestro desalojo».
