Ucrania y Bélgica llegaban a su primer enfrentamiento internacional con la necesidad de alcanzar la victoria para seguir en la Eurocopa 2024 . En el otro encuentro del grupo E, un empate entre Eslovaquia y Rumanía colocaba a ambas selecciones en octavos, por lo que días antes ya se destacaba en muchos medios que ese punto satisfacía a ambos combinados. Ese posible resultado obligaba a ucranianos y belgas a salir a por todas en su duelo en Stuttgart para continuar vivos en la competición. Las cuatro selecciones sumaban tres puntos antes de la última jornada de la fase de grupos. Fueron los ucranianos quienes pusieron más ímpetu al principio del choque. Presionaron muy arriba y crearon problemas a sus rivales en la salida de balón. Aunque fue Romelu Lukaku, en el minuto 6 quien pudo inaugurar el marcador tras un pase preciso de Kevin De Bruyne, pero el delantero centro tiró flojo y el portero Anatoli Trubin paró el remate. Con el paso de los minutos, los Diablos Rojos calmaron el partido y trataron de controlar la zona ancha. Sendos disparos de Roman Yaremchuk y Artem Dovbyk eran la respuesta de la selección amarilla. El partido dejó algunos remates sin peligro por parte de ambos conjuntos antes de que De Bruyne intentase sorprender al meta Trubin en una falta lateral y lejana. Ya en el minuto 41 se produjo la mejor acción colectiva de la primera parte. Yaremchuk recibió una preciosa asistencia dentro del área, pero en lugar de tirar a portería prefirió, sin éxito, ceder el balón a Dovbyk. Un lanzamiento de De Bruyne fácil para Trubin fue la última ocasión antes del descanso. Ucrania se presentaba en la segunda parte con la necesidad de marcar para no despedirse de Alemania porque entonces Eslovaquia y Rumanía empataban (1-1). Un disparo de Tielemans desviado a córner y una veloz penetración de Doku cuyo pase no encontró a Lukaku fueron las señales más ambiciosas de Bélgica. Superado en el minuto 64, Lukaku, gafado en esta Eurocopa, volvió a tirar suave a la meta de Ucrania, que ya entonces había bajado la presión sobre la línea de creación de su adversario. Al poco de saltar al terreno de juego, Carrasco protagonizó primero un contragolpe, desbaratado por la defensa ucraniana, y un disparo muy duro al que respondió Trubin con acierto. Los amarillos apretaron en el tramo final del choque. Apareció Dovbyk, pichichi de la Liga española, para meter miedo con un primer remate frustrado por Faes y un segundo lanzado al lateral de la portería. La insistencia de la selección dirigida por Serhiy Rebrov continuó con un saque de esquina botado directamente por Ruslan Malinovskyi a portería que el guardameta Casteels sacó desde la misma línea de gol . Bélgica reaccionó con un remate de Bakayoko que culminaba con un contraataque en superioridad numérica. Malinovskyi tuvo la última ocasión del partido, pero su tiro dentro del área fue muy centrado y Trubin lo detuvo con las dos manos. La falta de pegada en un duelo con juego deslavazado, con muchas aproximaciones pero escasas oportunidades claras de gol, castigó a Ucrania, que, al igual de Bélgica, no halló nunca la brújula ni la relación entre sus jugadores para superar al contrario.
